El paso cercano del huracán Erin dejó sentir hoy su impacto en la costa noroeste de la isla, causando intensas lluvias y marejadas altas que provocaron el derrumbe de parte del emblemático muelle de la playa Crash Boat, uno de los símbolos más reconocidos de Aguadilla.
Según confirmaron autoridades municipales, las condiciones extremas asociadas al huracán debilitaron aún más la estructura, que ya llevaba años mostrando señales de deterioro. Finalmente, un segmento del muelle cedió ante la fuerza del mar.
El muelle de Crash Boat no era únicamente un atractivo turístico, sino también un recuerdo vivo de la historia militar de la región. En sus orígenes sirvió como punto estratégico de desembarco para embarcaciones de la Fuerza Aérea durante la operación de la antigua Base Ramey. Con el paso de los años, y tras el cierre de la instalación militar, el lugar se transformó en espacio de encuentro para familias, pescadores, turistas y deportistas acuáticos.
La imagen de su muelle, extendiéndose hacia las aguas turquesas del Atlántico, se convirtió en postal obligada para locales y visitantes. Para muchos, no era solo madera y cemento, sino un pedazo de identidad cultural y comunitaria.
El alcalde de Aguadilla, Julio Roldán, compartió una fotografía en su página oficial de Facebook mostrando la magnitud del colapso. “Hoy perdimos parte de un lugar que nos pertenece a todos. El muelle de Crash Boat es memoria, tradición y orgullo. Su caída nos recuerda lo vulnerables que son nuestras estructuras frente a la fuerza de la naturaleza”, expresó en la publicación.
El primer ejecutivo municipal también recalcó el llamado a la prudencia, exhortando a no acercarse a zonas costeras mientras persistan las advertencias de marejada. “Se trata de proteger vidas, más allá de proteger estructuras. Lo material puede reconstruirse, pero lo más importante ahora es la seguridad de cada ciudadano”, añadió.
Un futuro incierto
El colapso abre interrogantes sobre el futuro del muelle. Aunque no es la primera vez que sufre daños por fenómenos atmosféricos, nunca antes había cedido de esta forma tan visible. Sectores comunitarios ya comienzan a reclamar que se discuta una posible restauración que honre su valor histórico y cultural.
Por ahora, los aguadillanos guardan la esperanza de que, de alguna forma, el muelle de Crash Boat pueda renacer, como símbolo de resiliencia frente a los embates del mar.