Dos genios de Harvard han dado un paso de gigante, y también uno aterrador, en el mundo de la tecnología. Se trata de un par de exestudiantes que abandonaron la prestigiosa universidad para crear Halo X, unas gafas inteligentes que prometen darle a los usuarios una “memoria infinita” al grabar y transcribir cada conversación que tienen. El problema es que, en el proceso, han abierto una caja de Pandora sobre la privacidad.
El ‘cerebro extra’ que lo escucha todo
El propósito de las gafas Halo X es ambicioso. Sus creadores, AnhPhu Nguyen y Caine Ardayfio, concibieron el dispositivo como una herramienta para mejorar la agilidad mental. Las gafas, equipadas con micrófonos y un sistema de procesamiento, escuchan cada conversación del usuario en tiempo real.
A partir de lo que escuchan, pueden sugerir datos o respuestas útiles, ayudando al usuario a recordar detalles, nombres o datos relevantes en medio de una conversación. La idea es simple: nunca más volver a olvidar un detalle importante.
De la genialidad a la pesadilla: El debate sobre la privacidad
Aunque la idea suena brillante, el debate ético que ha desatado es enorme. La principal preocupación, señalada por expertos en ciberseguridad, es que las gafas Halo X no tienen ninguna señal visible, como una luz o un sonido, que advierta a las personas de que están siendo grabadas.
Esto erosiona por completo la expectativa de privacidad en cualquier conversación, ya sea en una cafetería, en una oficina o en la calle.
Para la Electronic Frontier Foundation, esta tecnología podría ser ilegal en algunos estados de Estados Unidos, donde se requiere el consentimiento de todos los participantes para grabar una conversación.
Si bien los creadores de las gafas han respondido que confían en que los usuarios obtendrán el consentimiento necesario, la realidad es que el dispositivo crea un escenario donde la privacidad ya no está garantizada.
Los genios detrás de la revolución (o la controversia)
La historia de los creadores es el epítome del espíritu de Silicon Valley. Nguyen y Ardayfio abandonaron sus estudios en Harvard para dedicarse por completo a su proyecto. Su apuesta, aunque arriesgada, ha generado una gran expectación en el mundo de la tecnología.
Con una mentalidad de “hacer primero, pedir permiso después”, los desarrolladores han puesto en nuestras manos una tecnología que nos hará decidir si queremos vivir en un mundo donde cada palabra, en cualquier momento y lugar, puede ser grabada para la posteridad.