Kilmar Abrego García, inmigrante salvadoreño de 30 años, recuperó este viernes la libertad en la cárcel del condado de Putnam, Tennessee, después de permanecer detenido tras haber sido deportado erróneamente a El Salvador en marzo de 2025.
Su regreso a Estados Unidos, ordenado por un tribunal federal en junio, se produjo en medio de un caso que ha generado un intenso debate nacional sobre inmigración y derechos humanos.
Abrego García emigró a Estados Unidos en 2012 huyendo de la violencia de pandillas en El Salvador. Tras establecerse en Maryland y formar una familia estadounidense, obtuvo protección contra la deportación debido al riesgo que enfrentaba en su país.
Sin embargo, en marzo de 2025 fue trasladado a El Salvador y recluido en el Centro Penal de Confinamiento de Terroristas (CECOT), pese a contar con una orden judicial que prohibía su deportación.
A su regreso en junio, se le imputaron cargos federales relacionados con presunto tráfico de personas y se le vinculó con la pandilla MS-13, acusaciones que sus defensores califican de parte de una estrategia de criminalización.
Aunque era elegible para fianza, permaneció detenido por temor a una deportación inmediata. Una reciente decisión judicial estableció que las autoridades de inmigración deben notificar con 72 horas de antelación cualquier intento de deportación, medida que permitió impugnar dichas acciones y facilitar su liberación.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) ha señalado que estudia la posibilidad de deportarlo a un tercer país, mientras que los abogados de Abrego García sostienen que los cargos son en represalia por sus acciones legales previas y su activismo en defensa de los derechos de los inmigrantes. Organizaciones como CASA y sindicatos como SMART Local 100 exigen justicia y respeto a los derechos constitucionales de los inmigrantes.
Tras su liberación, Abrego García se trasladará a Maryland, donde se reunirá con su familia mientras espera el juicio.