La próxima vez que una IA genere una imagen espectacular de un dragón tocando la guitarra bajo la lluvia, no le agradezcas al universo por un milagro digital. Agradece a las imperfecciones del código. Un nuevo estudio afirma que la IA genera imágenes originales no por arte de magia, sino por limitaciones matemáticas inesperadas.
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Y resulta que eso no solo tiene sentido, sino que podría acercarnos a entender cómo funciona la creatividad humana.
¿La IA es creativa… por accidente?
Las IAs como DALL·E o Stable Diffusion usan lo que se llama un modelo de difusión. Básicamente, convierten imágenes en ruido (sí, ruido puro) y luego intentan reconstruirlas como si nada hubiera pasado. Se supone que deberían memorizar y reconstruir imágenes conocidas. Pero resulta que hacen algo mejor: improvisan.
¿Por qué? Porque el proceso de “reconstrucción” no es perfecto. Y según los físicos Mason Kamb (Stanford) y Surya Ganguli, esa imperfección es justo lo que hace que surja algo nuevo.
Ruido, ecuaciones y… ¿arte?
Los modelos de difusión trabajan en base a localidad (se centran solo en pequeñas partes de una imagen) y equivarianza traslacional (ajustan la imagen si la mueves un poco). Traducido: la IA no sabe dónde está el dragón completo, solo ve la escama que está dibujando en ese momento.
Kamb creó una “máquina” matemática llamada ELS que simula este comportamiento sin necesidad de entrenar una IA. ¿El resultado? Coincide en un 90% con las imágenes generadas por modelos de IA reales. Eso no se logra por suerte. Se logra con ecuaciones… y muchos dedos extra.
¿Qué tiene que ver todo esto con la biología?
Kamb comparó este comportamiento con algo de la naturaleza: los patrones de Turing, que explican cómo las células “se organizan solas” en un embrión. Como cuando ves imágenes IA con manos mutantes y piensas: “esto parece salido de un sueño raro”. Pues sí, es exactamente el mismo tipo de error emergente.
¿Creatividad programada?
Este hallazgo no solo ayuda a entender cómo funcionan estas IAs, sino que podría tener paralelos con cómo creamos los humanos. Como explica el investigador Benjamin Hoover: “Quizás la creatividad no sea más que juntar cosas que ya conocemos… lo mismo que hace la IA.”
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En otras palabras: tanto tú como una IA podrían estar improvisando con lo que tienen, intentando dar sentido al caos… y de vez en cuando, creando arte.