La nueva generación de los Kardashian ya no solo se limita a ser observada, sino que comienza a robar el spotlight. North West, la hija mayor de Kim Kardashian y Kanye West, se ha convertido en un ícono de la moda desde que nació, sorprendiendo con su estilo y actitud en eventos y redes sociales. A sus 12 años, la heredera del emporio Kardashian no solo refleja la influencia de su familia, sino que además marca tendencias propias, desafiando las normas de lo que se espera de una preadolescente. Sin embargo, una serie de outfits de North han encendido un intenso debate.
La polémica estalla: corsets, minifaldas y cabello azul
El primer look que desató la controversia fue durante un evento en Roma, donde Kim y North lucieron outfits coordinados. North apareció con un corset negro, minifalda de mezclilla, botas con plataforma y su icónico cabello azul degradado en coletas.
“Amo que Northie tenga su propio estilo”, escribió un fan, mientras otros no dudaron en criticar la elección: “No soy fan de un bustier en una niña de 12 años”, “Ese no me parece un look apropiado para una niña”, “Kim, ella tiene 12…”, “No hay que normalizar eso”, enfatizando la preocupación por la exposición de la niña a tendencias que muchos consideran demasiado maduras.
Solo unos días después, en su debut en el Festival de Cine de Venecia, North sorprendió nuevamente con un conjunto gris y blanco con estampado a rayas, adornado con imperdibles y botas negras. Aunque su estilismo fue elogiado por su creatividad, los internautas nuevamente señalaron que la pequeña parecía vestir como alguien mucho mayor.
En un tercer look North lució un vestido beige de corte imperio con mangas cortas abullonadas y falda plisada que terminaba sobre una enagua de encaje negro, creando un contraste interesante. El detalle de un lazo en la cintura aportaba dulzura, mientras que su cabello recogido en una coleta alta, teñido de azul turquesa con degradado a azul oscuro, le daba un toque moderno y audaz. Aunque el estilismo mezclaba inocencia y vanguardia, muchos usuarios consideraron que el conjunto seguía siendo “demasiado adulto” para su edad.
Entre libertad, identidad y entorno privilegiado
Como heredera del imperio Kardashian-West, North ha estado expuesta desde pequeña a la moda de alta gama, sesiones fotográficas y alfombras rojas. Su entorno, único y privilegiado, le permite experimentar con looks que serían impensables para otras niñas de su edad.
Sin embargo, esta exposición temprana genera tensiones: mientras algunos defienden que North está explorando su identidad y aprendiendo a expresarse, otros advierten sobre los peligros de saltarse etapas y normalizar vestimentas “de adulta” para alguien de su edad.
En la infancia y la preadolescencia, la identidad todavía está en construcción, y el vestuario no solo comunica creatividad, sino también la forma en la que el entorno percibe a esa persona. Dejar que un niño explore estilos puede ser positivo, pero también puede abrir debates sobre la protección de la inocencia y la importancia de no saltarse etapas en un momento tan crucial de desarrollo.
El caso de North West revela la tensión entre dos posturas opuestas. Por un lado, quienes aplauden que una niña de 12 años experimente con el vestuario y tenga la confianza de mostrarlo al mundo como parte de su identidad. Por otro, quienes consideran que ciertos looks resultan “inapropiados” y que los padres, en este caso Kim Kardashian, deberían establecer límites más claros.
También es importante reconocer otro ángulo: la crítica dirigida a North. A fin de cuentas, se trata de una niña que apenas comienza a descubrir quién es y que utiliza la moda como un medio de juego y exploración. Si bien es válido cuestionar la responsabilidad de los adultos en permitir o alentar ciertas elecciones, atacar a la menor por sus looks refuerza la presión social sobre alguien que aún no tiene las herramientas emocionales para lidiar con ese nivel de escrutinio.