El Observatorio de Equidad de Género (OEG) denunció que en Puerto Rico los niños y niñas que sobreviven a feminicidios, tras perder a sus madres en actos de violencia, no reciben apoyo del Estado ni cuentan con una política pública que les atienda directamente.
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La investigación más reciente del Observatorio, titulada “Voces invisibles: Datos y realidades de menores sobrevivientes de feminicidio en Puerto Rico”, documentó que entre 2019 y 2025 al menos 155 menores quedaron en orfandad debido a feminicidios, pero no existen registros oficiales ni mecanismos que garanticen seguimiento ni reparación.
La directora ejecutiva del Observatorio, Stephanie Figueroa Figueroa, explicó que este vacío coloca a la niñez sobreviviente en una situación de vulnerabilidad extrema.
Indicó que, aunque agencias como el Departamento de la Familia coordinan recursos terapéuticos para menores en general, no existen protocolos diferenciados para los huérfanos de feminicidio. Según Figueroa, “en Puerto Rico no se levantan datos de menores que sobreviven el feminicidio de sus madres, que son niños y niñas huérfanas, y el Estado no ha asumido una responsabilidad reparadora con estas poblaciones”, dijo.
El análisis también reveló que en muchos casos los niños estuvieron presentes al momento del feminicidio o encontraron los cuerpos de sus madres, lo que agrava el trauma. El Observatorio identificó que en el 30 % de los feminicidios íntimos los hijos menores presenciaron el crimen y en el 10 % hallaron a sus madres sin vida.
Figueroa puntualizó que “los niños y las niñas que experimentan un feminicidio enfrentan un trauma complejo que vamos a ver sus secuelas a lo largo de la vida”.
Otro hallazgo es la invisibilidad estadística. En muchos expedientes judiciales ni siquiera se consigna si la víctima era madre, lo que provoca que esta población desaparezca en las estadísticas oficiales. Para la directora, esta omisión “tiene mucho que ver con que en Puerto Rico no existe una política pública de reparación como existe en Latinoamérica —Uruguay, Chile, Argentina, Ecuador, Colombia— tenemos referentes en Europa, pero en Estados Unidos no hay una política pública de reparación y obviamente también eso incide en que nosotras acá en Puerto Rico no tengamos una política de reparación para estas niñeces que son huérfanas por feminicidio”.
La investigación también resaltó consecuencias sociales y emocionales de la violencia feminicida en los hijos sobrevivientes: abandono escolar, comportamientos agresivos, uso problemático de sustancias y la posibilidad de reproducir la violencia en sus relaciones futuras.
El impacto se extiende al ámbito económico, ya que muchas de las mujeres asesinadas eran sostenes principales del hogar.
Figueroa relató un caso en el que un joven sobreviviente expresó que tras el feminicidio “todo el mundo llegó a la escena, toda la agencia, pero ahora no hay nadie. Esto pasó hace años, esto es reciente, no me han ofrecido servicio, las puertas que he tocado me las han cerrado porque no soy una víctima primaria”.
La única herramienta existente es la Ley de Compensación a Víctimas y Testigos del Departamento de Justicia, pero su alcance es mínimo. Una investigación citada por Figueroa reveló que entre 2018 y 2021 solo se otorgaron 22 compensaciones a familiares de víctimas de feminicidio, beneficiando a 24 menores.
“La huérfana en Puerto Rico continúa siendo invisibilizada y la principal barrera para eso es que no existe un sistema robusto y universal de registro de estos menores”, advirtió Figueroa.