Dejemos atrás las corbatas negras, de los keynotes perfectos y del diseño minimalista. El verdadero secreto detrás del genio de Steve Jobs no estaba en su talento para la oratoria, sino en su forma de pensar. Un hábito mental que adoptó en sus años de juventud se convirtió en la clave de su éxito para liderar a Apple y desarrollar una visión que nadie más tenía. La respuesta no era técnica, sino humana.
Lee también: Adiós a la incertidumbre: Conoce a ‘Adán’, la primera IA chilena que te orienta gratis sobre el cáncer de próstata
El ‘secreto’ del genio que nadie esperaba
Jobs no creía que la inteligencia fuera un reflejo de las calificaciones académicas o de seguir un camino tradicional. En su lugar, veía el éxito como la capacidad de conectar experiencias diversas para adoptar una visión superior de los problemas.
Él mismo lo explicaba con una metáfora brillante: la mayoría de la gente intenta resolver los problemas leyendo “mapas pequeños”, mientras que él abogaba por ver la ciudad entera, como si estuviera observando desde el “piso 80” de un edificio.
Esta perspectiva le permitía conectar ideas que para otros eran completamente ajenas. Mientras la mayoría de sus competidores analizaba los problemas desde ángulos similares, Jobs se elevaba por encima del resto para ver el panorama completo y encontrar soluciones originales.
De la universidad al ‘piso 80’: Así lo usaba para liderar Apple
El propio Jobs era la prueba viviente de esta filosofía. Dejó la universidad de Reed College para estudiar caligrafía, viajó a la India en busca de iluminación espiritual y pasó sus días de juventud como un hippie. Ninguna de estas experiencias encajaba en el manual de cómo convertirse en un líder de la tecnología. Sin embargo, fueron precisamente esas vivencias las que le dieron una visión única.
Fue la caligrafía la que inspiró las tipografías del primer Macintosh, el viaje a la India lo que le dio la claridad para entender el valor del desapego del dinero, y su amor por la música lo que lo llevó a crear el iPod, la herramienta perfecta para llevar “1.000 canciones en tu bolsillo”. Todo lo que hizo fue conectar los puntos de su vida para crear un todo, demostrando que la inteligencia no es algo que se aprende, sino algo que se cultiva a través de las experiencias.
El manual de Jobs para ser más inteligente
El legado de Jobs no es solo la tecnología que dejó atrás, sino la filosofía que adoptó para crearla. Su manual para el éxito era simple: diversificar tus experiencias, no tener miedo de probar cosas nuevas y, sobre todo, pensar diferente. Para él, la clave era ver los problemas de la vida como un lienzo, no como un mapa con un camino predefinido. Es el mismo principio que lo llevó a crear productos que cambiaron la historia.
¿Crees que este tipo de pensamiento lateral es la verdadera clave del éxito? ¿Cómo crees que se pueden cultivar experiencias diversas para tener una visión como la de Jobs?