El gobernador de Florida, Ron DeSantis, y el cirujano general estatal, Joseph Ladapo, presentaron este miércoles un plan para eliminar todos los mandatos de vacunación infantil, lo que convertiría a Florida en el primer estado del país en adoptar una medida de este tipo.
Ladapo sostuvo que los requisitos de inmunización constituyen una intromisión en la libertad personal, llegando a compararlos con “esclavitud”. Explicó que algunos mandatos pueden ser eliminados por decisión del Departamento de Salud, mientras que otros requerirán acción legislativa. En la actualidad, el estado exige vacunas contra el sarampión, la varicela, la hepatitis B, la difteria-tétanos-tos ferina (DTaP), la poliomielitis y otras enfermedades para el ingreso a guarderías y escuelas públicas.
En paralelo, DeSantis anunció la creación de la comisión “Make America Healthy Again”, que tendrá como misión elaborar un “paquete de libertad médica” que se presentará en la próxima sesión legislativa. Según adelantó, este paquete abordará los mandatos de vacunación previstos en la ley estatal y consolidará de manera permanente las decisiones de su administración en torno a la flexibilización de restricciones por la COVID-19.
La propuesta ha generado una oleada de críticas desde el ámbito político y científico. La representante demócrata Anna Eskamani advirtió que la iniciativa es “irresponsable y peligrosa” y la calificó como un “desastre de salud pública en potencia”.
Por su parte, expertos en salud pública citados por The Washington Post alertaron que la eliminación de estos requisitos podría provocar un resurgimiento de enfermedades prevenibles, como el sarampión, cuya incidencia ya ha repuntado en varias regiones del país.
La académica Dorit Reiss, especialista en leyes de vacunación de la Universidad de California, Hastings, lamentó que Florida se convierta en lo que definió como un “experimento natural desafortunado”, al exponer a los menores al riesgo de brotes que históricamente se habían contenido gracias a la inmunización obligatoria. “Los niños merecen algo mejor”, enfatizó.
La medida también ha provocado respuestas fuera de Florida. Los gobernadores de Washington, Oregón y California anunciaron una alianza para proteger políticas de salud pública basadas en evidencia científica, en contraste con lo que describieron como la “politización de la salud” por parte de la administración DeSantis.
Florida ya había mostrado escepticismo hacia las vacunas en el pasado. En 2022, fue el único estado que se negó a preordenar dosis contra la COVID-19 para niños pequeños, y en 2023, DeSantis y Ladapo desaconsejaron las nuevas vacunas contra el coronavirus, contradiciendo las recomendaciones de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA).