La Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos anunció el miércoles una reducción de un cuarto de punto porcentual en su tasa de interés de referencia, bajándola al rango de 4.00-4.25 %, marcando su primer recorte desde diciembre, según reportaron medios estadounidenses.
La decisión, esperada por los mercados, responde a señales de enfriamiento en el mercado laboral estadounidense, con una creación de empleos en mínimos de más de una década fuera de la pandemia y a un aumento del desempleo en los últimos meses, según reseñó la agencia Prensa Asociada.
Aunque la inflación se mantiene elevada —con un alza de 2.9 % en agosto, por encima de la meta del 2 %— la Fed argumentó que los incrementos recientes han estado influenciados por los aranceles de la administración Trump y podrían ser transitorios. Economistas como Mary Daly, presidenta de la Fed de San Francisco, señalaron que los aumentos de precios relacionados con tarifas “serán un efecto único”, de acuerdo con declaraciones recogidas por Bloomberg.
En el plano político, la decisión se produce en un contexto de fuerte presión de la Casa Blanca. El presidente Donald Trump ha reclamado recortes más agresivos para estimular el crecimiento. De hecho, Stephen Miran, su nuevo designado en la Junta de Gobierno de la Fed, emitió su primer voto en disenso al pedir un recorte de medio punto. The Wall Street Journal destacó que la votación refleja la tensión entre la independencia de la Fed y el empuje de la administración para influir en su política monetaria.
El presidente de la Fed, Jerome Powell, reconoció en conferencia de prensa que el organismo debe equilibrar riesgos: por un lado, atender la pérdida de dinamismo del empleo; por otro, evitar que un relajamiento prematuro de la política monetaria desate nuevas presiones inflacionarias. Analistas citados por Axios subrayaron que el mercado interpretará con atención cada señal “dovish” o “hawkish” del banco central, pues de ello dependerán las expectativas sobre nuevos recortes antes de que termine el año.
Con esta decisión, la Fed marca un cambio de rumbo tras nueve meses de pausa. Ahora, la pregunta clave es si los recortes sucesivos lograrán estabilizar el empleo sin avivar una inflación que todavía preocupa a consumidores y empresas.