Monday, September 22, 2025
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Una sola escuela pública ha comenzado su reconstrucción a ocho años de María

Del CPI

Pese a que hay casi $2,100 millones en fondos federales de recuperación obligados para obras permanentes en el Departamento de Educación (DE) desde 2020 y que el Plan Maestro de Infraestructura de esa agencia identificó 85 escuelas inicialmente para reconstruir afectadas por el huracán, el estudiantado sigue con cero planteles nuevos. El DE es la agencia más retrasada en todo el Gobierno de Puerto Rico en el uso de fondos de recuperación por los huracanes Irma y María, con apenas un 4% de los fondos desembolsados.

El pasado año escolar, los alumnos de la Escuela Superior Dr. Pedro Albizu Campos de Toa Baja estudiaron desde las 12:30 hasta las 5:30 de la tarde en la Escuela Adolfina Irizarry. Algunos tomaban la guagua contratada por el DE desde su antigua escuela, cerca de 15 minutos en auto, para llegar a estudiar. En agosto del 2025 tuvieron otra mudanza: ahora estudian en horario regular en la Escuela Luis M. Santiago, a un par de minutos de la Escuela Adolfina Irizarry.

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A su vez, los 167 alumnos de la Escuela Luis M. Santiago se mudaron justo al lado, a la Escuela José Nevárez Landrón, una elemental que está en el casco urbano de Toa Baja, que fue cerrada en 2016 y reabierta este año. Desde el pasado año, su escuela original —que está en Levittown, en espera a ser demolida y reconstruida bajo el Programa Innova— ha perdido el 57% de su matrícula. De 651 estudiantes que tenía la Pedro Albizu Campos en el 2024, quedan en la Escuela Luis M. Santiago 283 alumnos acomodados en 38 salones divididos por gypsum board. Aún así no caben todos, por lo que usan cinco salones del plantel vecino.

“Nos acostumbramos a ese horario. Pero al ponernos en esta localidad nueva, hay unos defectos de energía [eléctrica], y además algunas fuentes [de agua] no funcionan. En algunos salones la luz se va y regresa. No hay una luz estable. Es un problema de la escuela, que tiene sus añitos”, describió el graduando, Rafael Abrahams. Según el Plan de Infraestructura del DE, la Escuela Luis M. Santiago se construyó en 1923.

“Pero todo bien, como uno dice, y pa’lante porque este es nuestro último año”, agregó el estudiante.

La directora de la Escuela Superior Pedro Albizu Campos, Maribelisse Alvarado Ramos, cree que la pérdida de matrícula puede deberse al descontento de los padres con el horario alterno (interlocking) del año pasado. La mudanza a la Escuela Luis M. Santiago sería la solución para regresar al horario regular. Pero de los cuatro cursos vocacionales que ofrece la escuela superior quedaron sin matrícula las disciplinas de contabilidad y facturación médica.

Una maestra de la escuela secundaria, quien prefirió no ser identificada, aseguró que algunas familias optaron por matricular a sus hijos en la Escuela Especializada en Deportes Basilio Milán Hernández o en la escuela chárter Caribbean Global School por la cercanía de ambas con su escuela original.

El papá de Rafael, Arnaldo Abrahams, dice que ahora hay que levantarse más temprano ya que son tres hermanos y todos estudian en escuelas distintas. “Se hace un poco difícil pero con la ayuda de mi señora, cuadramos todo lo necesario y nos dividimos”, detalló.

Rafael y Arnaldo Abrahams, padre e hijo, a su salida de la Escuela de la Comunidad Luis M. Santiago en Toa Baja.

Rafael contó que algunos de sus compañeros se quedaron en la Escuela Adolfina Irizarry, mientras otros se fueron para la María Teresa Piñeiro en Sabana Seca y a la Cacique Agüeybaná en Bayamón. “Algunos maestros también se fueron de la escuela”, dijo.

Mientras el estudiantado desaparece y se desbanda, nada ha pasado con la reconstrucción de la Albizu Campos. La directora Alvarado Ramos no tiene oficina aún en la Escuela Luis M. Santiago. La ubicaron en una covacha que ni siquiera tiene ventana.

La matrícula no es lo único que ha perdido la facultad de la Escuela Dr. Pedro Albizu Campos. “Perdimos muchas cosas cuando nos mudamos a la [Escuela] Adolfina [Irizarry]”, recuerda el maestro de Ciencias, Egraín Medina Ramírez. “Tenía dos aires acondicionados, que no fueron colocados por el Departamento, fueron colocados por una entidad sin fines de lucro, y cuando llegué a mi salón, ya no estaban. Un proyector mío ya no estaba”, detalló.

La Escuela Adolfina Irizarry recibió a los estudiantes de la Escuela Pedro Albizu Campos durante un año.

Las mudanzas de estudiantes en las escuelas de Toa Baja son solo un ejemplo del disloque causado a más de 34,000 niñas y niños cuyas escuelas sufrieron daños por el huracán María y todavía no han sido reconstruidas según previsto.

Según el Plan Maestro de Infraestructura, en 2023 se identificaron 85 escuelas Innova. En 2024, el número se redujo a 45, y ahora, serán solo 38 las escuelas reconstruidas o nuevas. Esto incluye 12 planteles que serán reparados para llevarlos a su condición antes de los desastres, con mejoras según los códigos de construcción vigentes, y sólo seis que serán nuevos. Entretanto, estudiantes y personal docente pululan entre soluciones temporeras e interlocking afectándose la educación, la matrícula de los planteles y la fibra social de la comunidad.

El único proyecto en construcción

Innova es el “programa integral de modernización y construcción de nuevas escuelas” luego de los huracanes Irma y María en 2017, según describe Educación. A estas escuelas se les conocía como las escuelas alfa, según explicó el exdirector de la Oficina de Infraestructura del DE, José Basora Fagundo. Bajo este programa se está remodelando la Escuela Francisco Morales en Naranjito, el único proyecto en construcción con fondos de recuperación para obra permanente que ha logrado iniciar esta agencia en ocho años.

En abril de 2024 inició la reconstrucción de esta escuela y se proyecta que el nuevo plantel sea inaugurado en noviembre de 2026.

El diseño y remodelación del plantel están a cargo de L&R Engineering Group y Entech por $22.8 millones. Su contrato se ha enmendado dos veces, la primera vez para extender su vigencia, y la segunda para añadir $2.4 millones. De ese costo, FEMA solo ha desembolsado $5.5 millones hasta agosto y Educación aporta $2.4 millones. El presidente de Entech, Roberto López Esquerra, ha donado casi $8,000 a políticos del PNP y del Partido Popular Democrático (PPD).

Los alumnos de la escuela superior en construcción, según constató el CPI, entraron en su segundo año de interlocking con la Escuela Mercedes Rosado. Esta escuela secundaria también tuvo una merma en la matrícula: en 2024 tenía 393 estudiantes y este año escolar son 375.

Existen discrepancias entre las escuelas que el DE tiene identificadas para mejoras bajo el Programa Innova al analizar los datos del COR3. Por ejemplo, el DE indica que son 38 proyectos Innova. Mientras, COR3 tiene 11 proyectos Innova con dinero obligado y 31 bajo evaluación de FEMA. En total, en el portal del COR3 se identifican 42 proyectos Innova.

Tampoco coinciden las actualizaciones de proyectos de recuperación entre las administraciones del PNP.

En el verano de 2024, la Oficina de Infraestructura del DE informó que de 45 proyectos Innova, 34 se encontraban en la fase de diseño. En ese momento, Basora Fagundo, el ingeniero civil que dirigía la Oficina, estimó que la recuperación de las escuelas se extendería hasta el 2027, pero el actual director interino Christian Betancourt extendió la fecha de los trabajos hasta el 2032, según dijo en una conferencia de prensa en julio de 2025. Betancourt indicó ese día que 26 proyectos Innova se encontraban en la fase de diseño. Luego, mencionó al CPI que dos planteles serían demolidos. Pero las subastas no han sido adjudicadas.

Las discrepancias entre la información que ofrece el DE, COR3 y FEMA se deben, según dijo Betancourt por escrito, a que el programa Innova “sufrió cambios que no necesariamente se reflejan aún en las plataformas de FEMA y COR3. Hay proyectos que deben darse de baja, lo cual provoca que los números federales no coincidan de inmediato”.

Las tres compañías que hasta ahora han obtenido más contratos de diseño bajo el programa son E Co, Integra Design Group; Fiedler & Frías Architects; y CSA Architects & Engineers. Los directivos de Integra aparecen como donantes políticos, y aportaron al PNP.

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¿Qué dice el Plan Maestro sobre las escuelas de Toa Baja y Naranjito?

El desarrollo del Plan Maestro del DE estuvo a cargo de Turner, Townsend & Heery, firma contratada en octubre de 2021 por $11.1 millones. En marzo de 2022, el contratista entregó el plan en abril de 2023. Ese mismo mes, se enmendó el contrato para sumar $64.5 millones.

El Plan Maestro se centró en “cómo invertir los fondos de FEMA para maximizar las oportunidades para la transformación de la enseñanza y aprendizaje de todos los estudiantes del Departamento” y define los niveles de financiación como reparaciones, intervenciones, modernizaciones, transformaciones y reemplazo de escuelas.

Por ejemplo, el Plan establece que el Municipio de Toa Baja tiene 15 escuelas de las cuales cinco se encuentran en una zona inundable: José Nevárez López, Adolfina Irizarry De Puig, José Robles Otero, Luis M. Santiago y Altinencia Valle. Además, en el documento se recomienda trasladar estudiantes a la Escuela Francisca Dávila Semprit de ese mismo pueblo, ya que cuenta con más espacio o capacidad.

Sobre la Escuela Superior Francisco Morales de Naranjito, se menciona que “está a una milla de otra escuela superior, Rubén Rodríguez Figueroa”, y “debería considerarse la consolidación de recursos entre estas dos escuelas”. El Plan también identifica que la Escuela Mercedes Rosado de Naranjito se encuentra en una zona propensa a inundaciones. El DE asegura que para hacer estas recomendaciones en el Plan Maestro de Infraestructura se organizaron talleres con la comunidad escolar en los que “se alinearon los esfuerzos iniciales del plan maestro con los intereses, creencias y pasiones de la comunidad”.

Más de un año esperando la demolición en Levittown

En una vista pública el 12 de agosto ante la Cámara de Representantes, a dos días del inicio de clases, el DE reveló que un análisis hecho hace un año señaló desniveles en el terreno de la Escuela Dr. Pedro Albizu Campos, que representan un riesgo estructural significativo ante un terremoto. En septiembre de 2024 se decidió que se haría una demolición total del plantel en vez de solo algunos edificios, como originalmente se había pensado. Entre esa decisión y firmar el contrato para la demolición pasaron 10 meses: requirió someter otro diseño ante FEMA y publicar una nueva subasta, dijo Educación.

Comenzaron los trabajos de demolición de la Escuela Superior Dr. Pedro Albizu Campos en Toa Baja.

Sunset Contractors & Recycling Inc. firmó el contrato con el DE por unos $680,000 el 22 de julio para demoler la escuela y fue autorizado para comenzar los trabajos desde el 11 de agosto. El CPI constató que comenzaron labores a mediados de septiembre, cubriendo las verjas que circundan el plantel y colocando los letreros que advierten el peligro de acercarse al área. Los equipos del comedor escolar y los baños ya fueron desmantelados y ahora se remueven ventanas y puertas.

“Va a ser con excavadora, no va a haber explosivos ni nada por el estilo. Esperemos que no se tarde más de siete meses”, explicó el inspector de la obra, Egon González, en entrevista con el CPI. La contratación está vigente hasta el 18 de mayo de 2026.

El estudiantado de la Albizu Campos acude cada mañana al Complejo Deportivo de Levittown para esperar la guagua que los transporta hasta la Escuela Luis M. Santiago. Antes esperaban frente a su escuela original, y según Medina, el maestro de Ciencias, el cambio “causó un poquito de malestar entre padres y estudiantes”. Aunque propuso agregar una parada a la ruta de transportación, su idea no fue acogida en la región educativa de Bayamón.

En la Escuela Áurea Quiles Claudio de Guánica, el cambio de los estudiantes al regresar a horario regular tras cinco años en interlocking es evidente para la maestra de Ciencias, Karla Echevarría Sepúlveda. La profesora contó que la matrícula de la escuela superior estuvo cinco años entrando a las 12:30 de la tarde y saliendo a las 5:30. En agosto de este año, volvieron a su horario regular, de 7:30 de la mañana a 2:30 de la tarde.

“Los estudiantes han mejorado en todo”, recalca quien comenzó a dar clases en el plantel de manera remota en 2020, cuando la pandemia obligó a la enseñanza virtual. Menciona que se nota el cambio “en el sueño, la alimentación, la rutina en general”.

Karla Echevarría es maestra de Ciencias en la Escuela Áurea Quiles de Guánica desde el 2020.

Entre sus alumnos no identificó rezagos académicos, sin embargo, Echevarría destacó que la matrícula fue disminuyendo por los pasados cinco años. Entre el año escolar 2020-21 y el 2024-25, la Áurea Quiles Claudio —una de las escuelas que se construirán nuevas bajo el programa Innova— perdió 12% de su estudiantado. De 334 alumnos matriculados en el 2020, el año pasado había 295.

“Después de la pandemia y los terremotos, los papás buscaron la seguridad de sus hijos, escuelas donde tuvieran un horario completo. Eso tuvo mucho que ver. Muchas familias se mudaron de Guánica”, dijo la maestra.

Educación estimó que para enero de 2027 se abrirá la subasta para la construcción de la Escuela Dr. Pedro Albizu Campos en Levittown y que se inaugurará en 2029. También mencionó en vista pública ante la Comisión de Educación de la Cámara que en el rediseño de la escuela “se acordó reducir la matrícula proyectada de 650 a 500 estudiantes”. Pero no existe seguridad de que la escuela será reconstruida porque en estos momentos solo hay fondos para demoler, no para construir, dijo el DE.

A la burocracia de la agencia federal se suma la reciente directriz impartida en la administración del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, que ahora exige que “para proyectos federales mayores de 100 mil dólares tienen que contar con el aval de la directora de Homeland Security”, agregó por su parte la gerente del proyecto Innova, Tamara Orozco Rebozo, durante la vista cameral.

Al estudiante toabajeño Rafael Abrahams y a su padre, Arnaldo, les preocupa que puedan recortar fondos federales de recuperación. Aún así, el estudiante senior se expresa optimista sobre el futuro de las escuelas que “se están levantando poquito a poco”.

Las primeras escuelas que recibieron financiamiento en noviembre y diciembre de 2021 para obra permanente fueron la Dr. José N. Gándara en Aibonito, el Centro Residencial de Oportunidades Educativas de Ceiba (CROEC), María M. Simmons de Rivera en Vieques y Luis Felipe Rodríguez García en Camuy.

Según el informe sobre el estatus de la recuperación sometido en julio de 2025 al Congreso por el Gobierno de Puerto Rico, se obligaron $4.2 millones para trabajos de pintura, sellado de techos, reparación de alumbrado y equipos en CROEC. Estas labores están 95% completadas. En la escuela aiboniteña se obligaron poco más de $2 millones para reparaciones en la cancha de baloncesto, el comedor, salones académicos, verjas, puertas, rampas para discapacitados, biblioteca, y componentes eléctricos de los pasillos. Los otros dos planteles no se mencionan, y a la fecha aparecen sin dinero desembolsado en la página web de COR3.



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