El tiempo pasa y pesa; pero si uno no abre espacio en la mente y el calendario para rememorar y celebrar las cosas que vivimos… ¿de qué sirvió entonces? ¡Vamos que los momentos bonitos son para recordarlos! A mí gusta recordar, honrar, marcar fechas importantes y cuando tengo tiempo en mis manos, googleo: “cosas que pasaron hace tantos años”. Y en estos días me encuentro con que el famoso y exitoso show Sábado Gigante emitió su último gran episodio hace 10 años.
El show reconocido con un récord de Guinness por ser el más largo de la historia con un sólo presentador contó con 2,800 shows y 53 años al aire -empezó en Chile y luego se internacionalizó desde Estados Unidos- llegó a su final el 19 de septiembre del 2015. Y a mí esto me hizo recordar aquella vez que yo conocí a Don Francisco por allá, por el 2003.
Yo era Director de Noticias de Teleonce -en aquel momento, Univision Puerto Rico-. El show de Don Francisco era un big deal para nosotros: estaba pegadísimo en toda Latinoamérica. Había que prepararse para su visita; venía el rey de los sábados, pero parecía que viniera Queen Elizabeth. Se limpiaban y pintaban paredes y pisos; se le lavaba la cara a todo lo feo, que en aquel entonces era mucho porque trabajábamos en aquel edificio cochambroso en Puerta de Tierra-; (no exagero, los que allí trabajamos -o visitaban- sufrimos aquel horror). Éste sería uno de esos absurdos episodios que se recuerda -más por lo que pasó tras bastidores- que por el mismo evento.
La cosa es que en aquel entonces no era sabido que Don Francisco es muy supersticioso. Años después Don Francisco admitiría públicamente algunas de sus creencias; pero hace 20 años, de esto no se hablaba. Y vamos, que yo no veo problema con las supersticiones, todos tenemos nuestras manías; yo soy un freak de la numerología… ¿cómo es que él no puede creer en lo que quiera si no le hace daño a nadie? Regresando a la historia de los preparativos: había una chica de Corporate que se autodenominó experta y mandamás, porque ella “venía de Miami y conocía a Don Mario” -usando su nombre de pila, no el del personaje-; “que tan importante era y tantas cosas bonitas hacía por la cadena”; -estas últimas dos, ciertas; la primera, no sé, creo que se la inventaba-. El asunto es que Milagros, que así se llamaba, se adueñó del evento. Y fue un milagro que los demás no le cayeran a golpes porque, aunque ayudó… como jooorobó.
“¡Que si hagan tal cosa; no olviden esta otra; cuidado con esto; se visten así; ¡hay lugares asignados, se sientan donde yo diga!” Dale Juana a la palangana…
Muchas veces escuchamos de las extrañas cosas que piden los artistas; también están las que otros se atreven a pedir por ellos. Justo antes de que llegara el VIP, la sabionda dijo: “por favor, que nadie hable de arañas frente a Don Mario; es como una palabra mágica que a él no le gusta, y si alguien habla de ‘arañas’, se levanta y se va. Don’t ruin it!”, nos espetó.
Dentro de mí: Wow, Milagros, ¡te botaste con el disparate! No será palabra mágica; será trágica, si el hombre se ofende y se va. Pero el diablillo en mí -ese que se para en el hombro izquierdo- pensó: ‘caramba, yo que venía a hablar de arañas con Don Francisco. ¡JA!’
Permítanme intercalar algo aquí: no voy a revelar la palabra que a nosotros se nos prohibió mencionar, digamos que era ‘araña’; pero no era ‘araña’. Era otra cosa que se arrastra, pero yo no les voy a decir; por respeto a don Francisco y evitar que alguien se le pare enfrente hoy día y le vaya a hacer un disparate. ¡No insistan! Transemos por ARAÑA.
Yo no me acuerdo de mucho de lo que haya pasado en aquella reunión con Don Francisco; porque claro está, sólo pensaba en cómo no decir ‘araña’. No, ni crean se me va a escapar la palabra verdadera. LOL
Don Francisco se portó como lo que es: un Señor, un Don. Mira que preguntamos cosas: no sólo hablamos de Sábado Gigante como empresa; sino también, de las causas que Don Francisco aun defiende: Teletones, la niñez, los necesitados después de desastres naturales. ¡Tanta gente que tocó, tantos que lo quieren! Recientemente leí que Arcángel le dedicó una canción y Don Francisco le retribuyó con otra. ¡Don Francisco cantando reguetón; es que es la changa, Don Francisco!
Que linda vida ha tenido Don Mario Kreutzberger. Lo felicito y lo recuerdo con mucho cariño; se le echa de menos. Y en nombre de muchos, le digo: Cuídese, siga inventando y no haga caso, ni se ofenda, por los memes de que usted ya ha vivido todos los años del mundo; es de cariño. ¡Ojalá y viva muchos más!
PD: no me escriban, ni me llamen; no llamen al periódico tampoco; que no le vamos a decir la palabra verdadera.