Uno de los documentos incluidos en la demanda por la utilización de la casa de Humacao en el cortometraje del exponente urbano Bad Bunny revela que el contrato por la utilización de la propiedad no incluye al artista ni el sello Rimas Entertainment.
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Según publicó el programa Cuarto Poder (Wapa TV) y el analista político Jay Fonseca en sus redes sociales, los contratos donde aparece la firma del propietario de la residencia en Humacao, Román Carrasco, fueron con la productora A1 Productions de Sigfredo Bellaflores Díaz.
La demanda se enmendó el martes para incluir detalles adicionales y contratos mencionados en el recurso legal. En estos documentos, se revela que el contrato firmado contiene varias cláusulas entre las que se encuentra la renuncia a todos los derechos sobre el contenido audiovisual de la residencia en Humacao.
“La Casa Productora será la única propietaria de todos los derechos sobre las fotografías, videos, grabaciones de audio, imágenes y cualquier otro material capturado o producido durante el uso de la propiedad. El propietario renuncia a cualquier reclamación futura relacionada con estos materiales”, lee el contrato.
Del mismo modo, se indica que a la producción se le brindó el permiso de realizar cambios temporales a la propiedad, que fueron revertidas luego del cortometraje.
“La Casa Productora podrá realizar alteraciones temporales a la propiedad, incluyendo pintura, cambios en la disposición de mobiliario y ajustes estructurales menores. Dichas alteraciones serán revertidas a costo de la casa productora únicamente si el propietario lo solicita expresamente antes del inicio del proyecto”, lee el documento.
Del mismo modo, en el contrato se indica que el propietario aceptó renunciar a reclamaciones futuras contra la casa productora.
“El propietario renuncia a cualquier reclamación futura contra la casa productora relacionada con el uso de la propiedad o la explotación comercial de los materiales producidos durante el proyecto”, añade.
La demanda busca anular los contratos alegando que Don Román firmó los documentos bajo engaño.
A mediados del mes de septiembre, se reveló la demanda por parte del propietario por el uso de la propiedad en el cortometraje “Debí tirar más fotos”.
El demandante, de 84 años y residente de Humacao, asegura que fue inducido a firmar contratos en blanco sin conocer los términos para permitir el uso de su propiedad, conocida como “La Casita”, en el cortometraje Debí Tirar Más Fotos, estrenado en enero de 2025 y que acumula más de 22 millones de vistas en YouTube.
Carrasco, quien afirma no saber leer ni escribir, sostiene que nunca recibió una explicación clara sobre la explotación de su vivienda ni beneficio alguno por la exposición del inmueble, que ahora recibe visitas constantes y se utiliza en redes sociales y mercancía. El abogado que presentó la demanda representando al demandante es Juan R. Dávila Díaz. La causal es enriquecimiento injusto.
“Al preguntar sobre los detalles del acuerdo, funcionarios de los co-demandados requirieron la firma de Don Ramón en la pantalla en blanco de un teléfono celular. Dicho funcionarios transfirieron digitalmente, y de manera fraudulenta, la referida firma a dos contratos distintos. De inicio, estos contratos no fueron entregados a Don Román, no se le explicó ni se le leyó su contenido. El demandante tampoco los podía leer pues no posee tal habilidad”, lee parte del recurso legal.
La demanda solicita la nulidad de los contratos y una compensación no menor de $6 millón por daños emocionales y angustias mentales, además del pago de honorarios de abogados y costas.
El demandante estima los daños en no menos de $5 millones “por la explotación comercial de La Casita en el cortometraje y en los conciertos de Bad Bunny”. Además de un millón adicional.
El documento judicial subraya que el demandante “no busca dañar a Bad Bunny ni a las compañías, sino una compensación justa”.
La famosa “casita” fue el escenario del cortometraje “Debí tirar más fotos” presentado a finales del año 2024, como un anticipo al álbum entrenado el 5 de enero del 2025.