El ambicioso proyecto de hardware de OpenAI y Jony Ive, el legendario exjefe de diseño de Apple, estaría encontrando serios obstáculos técnicos que podrían retrasar su lanzamiento. El dispositivo, concebido como una nueva generación de asistente de IA sin pantalla, busca integrarse de manera natural en la vida diaria de los usuarios.
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Según reportes del Financial Times, la fecha de lanzamiento, originalmente proyectada para 2026, podría verse afectada debido a la dificultad para resolver aspectos fundamentales que van más allá del diseño físico. El gadget está diseñado para ser un “tercer dispositivo” —complementario al smartphone y al ordenador— que actúa como un compañero “siempre consciente” de su entorno, utilizando voz, cámara y micrófonos para interactuar con el usuario de manera contextual.
El dilema de la “otra persona” y la personalidad del asistente
Uno de los mayores desafíos técnicos y conceptuales que enfrenta el equipo es definir y dar forma a la “personalidad” central del dispositivo. A diferencia de asistentes de voz reactivos como Siri o Alexa, este nuevo gadget está diseñado para ser proactivo e intervenir basándose en el contexto que percibe.
La dificultad radica en programar la “conciencia social” y la capacidad de discernimiento de esta IA. El equipo debe determinar exactamente cuándo la voz del asistente debe hacerse presente, cómo mantener la conversación sin ser intrusivo o fastidioso, y de qué forma concluir las interacciones de manera natural y efectiva. La línea es fina: la promesa es un compañero de IA que entiende el entorno, pero el riesgo inherente es que se perciba como una “otra persona” constante y no solicitada al lado del usuario, lo que generaría fricción y rechazo.
Los obstáculos: privacidad e infraestructura
A este dilema de personalidad se suman otros obstáculos críticos:
- Preocupaciones por la privacidad: Dado que el dispositivo está diseñado para estar “siempre encendido” (o “always on”) y recopilando datos ambientales de forma continua, han surgido profundas inquietudes sobre la gestión de la privacidad y los dilemas éticos que esto conlleva. Garantizar la seguridad de los datos de un asistente que es completamente consciente del entorno es un factor crucial.
- Infraestructura computacional: La ambición del dispositivo requiere una potencia de cálculo (compute) a gran escala para poder ejecutar los potentes modelos de OpenAI de manera consistente. Este requisito implica retos logísticos y financieros, ya que la compañía necesita asegurar recursos de infraestructura masivos para poder escalar el producto al mercado masivo.
La cautela de OpenAI para retrasar la salida al mercado podría estar influenciada por los precedentes negativos de otros dispositivos centrados en la IA que han fracasado comercialmente, como el Humane AI Pin, retirado del mercado tras ventas decepcionantes.
La alianza entre Altman e Ive subraya la creencia de que la próxima gran revolución tecnológica radica en la interacción física y contextual de la IA. Sin embargo, los reportes sugieren que la visión de diseño aún debe superar los límites técnicos del software y la capacidad de cálculo.