Existen múltiples beneficios asociados al ejercicio y un estilo de vida saludable, de los que resalta una menor probabilidad de desarrollar cáncer; para las mujeres, resulta un método efectivo para prevenir el cáncer de mama.
Yania López Álvarez, radióloga especialista en imágenes e intervención de la mujer, quien colabora con el Centro Comprensivo de Cáncer (CCC) y el Hospital Auxilio Mutuo, entre otros centros, exhortó a mantener una vida activa mediante deportes o caminatas.
También recomendó incluir ejercicios de fuerza o resistencia con pesas, para prevenir la pérdida de densidad muscular y de médula ósea, que tienden a reducir en la menopausia.
Generalmente, dijo, las pacientes que se ejercitan con regularidad tienen mejor alimentación y limitan el consumo de alcohol y tabaco, que también es clave para la prevención. De haber sido diagnosticada, estas decisiones para una vida saludable proveen menos propensidad a tener una recurrencia del cáncer.
“Antes de un diagnóstico de cáncer, que estamos dirigiéndolo a la prevención, es importante simplemente el movimiento”, puntualizó. Reconoció que todo plan de ejercicio debe ser individualizado y adaptado a la rutina de ejercicio que mantiene, o no, la paciente.
Según la Sociedad Americana contra el Cáncer, la actividad física puede ayudar a regular algunas hormonas que contribuyen al desarrollo del cáncer y ayudar a mantener el sistema inmunológico saludable.
A fines de continuar la propagación del mensaje de prevención, las cocapitanas de las Gigantes de Carolina, Tayra Meléndez y Rodsan Rodríguez, y las coapoderadas, Carla Cortijo y Claudia Ramos, exhortaron a mujeres a liderar una vida más activa y hasta proveyeron rutinas de ejercicio sencillas de 30 minutos a través de la campaña “Tu salud está en juego” del Hospital Auxilio Mutuo.
“Al menos media hora de ejercicio vigoroso ayuda a prevenir hasta un 30 % el riesgo de desarrollar cáncer de mama”, es el lema del esfuerzo, basado en recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) de 150 minutos de actividad física a la semana para mayores de 18 años.
La campaña además destaca la mamografía anual como pieza angular en la prevención, que según las guías de detección temprana por las que se rigen las radiólogas, las mujeres mayores de 40 años deben realizarse el estudio cada año. Aunque hay organizaciones que optan por reducir la frecuencia a cada dos años después de los 55 años, las profesionales de la salud promueven la continuidad anual del examen.