Thursday, October 16, 2025
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Nuestro activo más importante

¿Qué es lo más que nos importa en la vida, las cosas o la gente? Propuesto de otra manera: ¿Qué es lo que más anhelas alcanzar? ¿Algo, una cosa o a alguien? ¿Quieres cambiar la casa o el carro o que le cambie alguna circunstancia a alguna persona que valorizas? La contestación que te has dado es una radiografía de tu alma. Si te importan más las cosas que la gente, tú eres parte del problema que tenemos como sociedad.

¿Cuál es nuestro activo más importante como sociedad? ¿A qué debemos darle prioridad con nuestros esfuerzos y en la utilización de nuestros recursos? Podemos pensar en nuestra cultura, en nuestro potencial económico, en nuestras bellezas naturales con su potencial turístico o en la Universidad de Puerto Rico y nuestro sistema educativo, por mencionar algunas alternativas. Un criterio que nos podría ayudar es preguntarnos qué es absolutamente necesario para que nuestra sociedad continúe.

Esta es nuestra realidad: en los últimos años, han habido más muertes que nacimientos. En el periodo 2023-2024, se registraron aproximadamente 18,000 nacimientos y 33,000 muertes. En 2023, la cifra de nacimientos se estimó en 17,772 con alrededor de 3.2 millones de habitantes. En comparación, en 1947, con alrededor de 2.2 millones de habitantes, la cifra de nacimientos fue un poco más de 91,000. Si a eso le sumamos los que mueren en o antes de la adolescencia por accidentes, enfermedades, crímenes o suicidios, más los que se mudan a otras jurisdicciones, llegamos a la conclusión que nos estamos muriendo como sociedad. Nuestra sociedad envejece y no tenemos un relevo poblacional. El porcentaje de nuestra población de 65 años o más está en el 23 % (740,489) y los menores de 18 años cerca de un 17 % (545,790) (año 2021, cifras Censo). Estos números se siguen alejando entre sí, según pasan los años con más gente mayor de 65 años y menos gente menor de 18 años.

¿Por qué no nacen más niños? Porque los que pueden tenerlos no quieren tenerlos. No es porque los jóvenes se estén absteniendo de tener relaciones sexuales. Esa estadística no existe, pero sí sabemos que ha aumentado la incidencia de enfermedades de transmisión sexual, particularmente en algunos grupos de edad. Que conste, el grupo con mayor incidencia son los hombres que tienen sexo con hombres. Sin embargo, en términos generales, la incidencia mayor de enfermedades de transmisión sexual ocurre en las edades de 20 a 39 años, tanto en hombres como en mujeres. ¿Cuál es la cifra de abortos en Puerto Rico? No se sabe. Sí, sabemos que los abortos espontáneos aumentan en aquellas mujeres que han tenido cierto tipo de enfermedad de transmisión sexual, particularmente la clamidia. También aumenta la incidencia de parto prematuro y de nacimientos de bajo peso. Hay que puntualizar que la clamidia es probablemente la más común de las enfermedades de transmisión sexual.

Veamos las razones por las cuales algunos no quieren tener hijos. El deseo de levantar una familia, en parte, depende de nuestra experiencia con nuestra familia. El o la que fue maltratada tiene menor deseo de formar familia. Tienen miedo de que esa experiencia dolorosa se repita. Hay quien posterga el tener hijos porque quiere estudiar, tener una carrera o alcanzar alguna capacidad económica para poder hacerlo. Estamos viendo mujeres de 35 años o más intentando ser madres. Hay mujeres que no quieren tener hijos porque sienten que la maternidad las pone en desventaja frente al hombre. Hay hombres que no quieren tener hijos porque no quieren tener un compromiso y tampoco atarse a una mujer. Pero la idea que de momento empieza a percolar en toda esta discusión es que nuestra cultura ha cultivado esta idea de que los niños son un obstáculo para que los adultos alcancen sus metas, llámense como se llamen. Una excusa es que los niños cuestan, pero son los de mayor poder adquisitivo los que menos hijos tienen. Se gastan un fracatán en perros y en gatos, exóticos y de raza, por supuesto, porque satos… ¡jamás! Si sus padres hubiesen pensado así, ellos no existirían. Como algunos hombres y mujeres me han dicho con tristeza, “ahora somos abuelos de perros y gatos”.

El acto sexual produce un placer intenso, pero es pasajero. El tener un hijo o un nieto en los brazos, y mirarte en los ojos de ellos y contemplar su inocencia, es la experiencia más gratificante que se puede tener en la vida… ¡y puede durar toda la vida! Si mencionan tu nombre, es música para los oídos. Verlos crecer y acompañarlos en sus experiencias, proveyéndoles y dándoles dirección es nuestra mayor responsabilidad. Observar que se han hecho hombres y mujeres, con la capacidad de enfrentar lo que la vida traiga, es nuestro mayor orgullo y es nuestro mayor logro en la vida. El que no tiene hijos se queda solo en la vida… sin embargo, si se han amado, los hijos de otros, los sobrinos y los sobrinos nietos son un facsímil razonable. Será una bendición que te cierren los ojos en el momento de partir.

Si queremos cambiar el rumbo que llevamos como sociedad, tenemos que darle importancia a lo que verdaderamente tiene importancia. En la vida, lo más importante es la vida. Los niños son prolongación de nuestra vida. Ellos son nuestro mayor tesoro. Ellos son nuestro presente y nuestro futuro. Ellos merecen que les dediquemos nuestra mayor atención y nuestro mayor esfuerzo, como familias y como país.

¡Sin niños, no hay futuro!

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