El almirante Alvin Holsey, jefe del Comando Sur de Estados Unidos (SOUTHCOM), anunció su salida del cargo menos de un año después de haberlo asumido, en medio de una expansión militar en el Mar Caribe que ha generado preocupación en Washington y en la región.
De acuerdo con reportes de The New York Times y confirmaciones de Associated Press y Reuters, Holsey dejará el puesto a finales de año, tras expresar reservas sobre la ofensiva del Pentágono contra embarcaciones que Washington asegura están vinculadas al narcotráfico frente a las costas de Venezuela.
El Departamento de Defensa, dirigido por el secretario Pete Hegseth, evitó reconocer diferencias internas y agradeció al almirante por sus 37 años de servicio, pero fuentes citadas por medios como Politico y The Washington Post indicaron que el militar había manifestado objeciones éticas y estratégicas ante la creciente militarización del Caribe y la falta de autorización del Congreso para el uso de fuerza.
Desde septiembre, fuerzas de operaciones especiales de EE. UU. han atacado al menos cinco embarcaciones venezolanas, provocando la muerte de 27 personas, según fuentes citadas por The Guardian. La Casa Blanca ha justificado los ataques como parte de una estrategia “antinarcóticos” y de “autodefensa nacional”, aunque especialistas en derecho internacional han advertido que no existe base legal para tratar a presuntos narcotraficantes como combatientes enemigos.
En paralelo, la administración Trump ha autorizado operaciones encubiertas de la CIA en Venezuela, y estudia posibles ataques directos dentro del país, de acuerdo con información divulgada por varios medios estadounidenses.
Actualmente, el despliegue militar estadounidense en el Caribe asciende a unos 10,000 efectivos, la mayoría estacionados en bases en Puerto Rico, además de 2,200 marines y al menos ocho buques de guerra, en lo que el Pentágono presenta como la mayor operación regional en décadas.
El senador demócrata Jack Reed, presidente del Comité de Servicios Armados del Senado, calificó la salida de Holsey como una señal de inestabilidad en la cadena de mando en un momento de alta tensión con Caracas. “Su renuncia profundiza las preocupaciones sobre una posible intervención sin aprobación del Congreso”, advirtió.
Holsey, originario de Georgia y egresado de Morehouse College, se convirtió en el más reciente de una larga lista de oficiales de alto rango —muchos de ellos afroamericanos o mujeres— apartados o forzados a retirarse desde que Hegseth asumió el liderazgo del Departamento de Defensa. Entre los removidos figuran el general Charles Q. Brown Jr., expresidente del Estado Mayor Conjunto, y la almiranta Lisa Franchetti, primera mujer en comandar la Marina.
En un mensaje difundido por el Comando Sur, Holsey no ofreció explicaciones sobre su salida, limitándose a expresar orgullo por el trabajo de su equipo y exhortarles a “seguir adelante con la misión”.