El exestratega de la Casa Blanca, Steve Bannon, afirmó que el expresidente Donald Trump planea regresar a la Casa Blanca en 2028, y que sus aliados ya están buscando fórmulas para esquivar las restricciones de la Enmienda 22 de la Constitución de EE. UU.
“Él va a obtener un tercer mandato, Trump ‘28… Trump será presidente ’28, así que la gente debería acomodarse con eso”, dijo Bannon en una entrevista reciente con The Economist. Sobre cómo burlar la limitación constitucional, agregó: “En el momento adecuado detallaremos cuál es el plan… pero hay un plan y el presidente Trump será el presidente en ’28”.
Bannon proclamó que Trump es un “vehículo de la divina providencia” para “terminar lo que empezamos”. Al ser presionado sobre las barreras constitucionales, Bannon sonrió con: “Hay un plan… muchas alternativas”. Predijo que las probabilidades eran más favorables que en 2016 o 2024, insistiendo en que la “voluntad del pueblo estadounidense” exige más Trump.
El escollo constitucional: la Enmienda 22
La Enmienda número 22, ratificada en 1951, impone un límite de dos mandatos presidenciales para cualquier persona que ocupe el cargo, o un máximo de 10 años si asumió parte del mandato de otro presidente. Su texto fue diseñado para prevenir la acumulación de poder en una sola figura y preservar el principio de rotación en el poder.
Cualquier intento de que Trump compita por un tercer mandato chocaría directamente con esta restricción constitucional. Para saltarse ese obstáculo, sus aliados tendrían que seguir caminos poco convencionales —como una reforma constitucional, una interpretación legal innovadora, o alguna otra estrategia institucional—, todas ellas de altísima complejidad política y legal.
Opiniones divergentes dentro del Partido Republicano
Trump ya había insinuado antes su interés de volver tras dos mandatos. En marzo pasado, dijo a la cadena NBC que “no estaba bromeando” al considerar postularse de nuevo y que estaba explorando “métodos” para hacerlo.
Sin embargo, otras figuras del partido han marcado distancia. Por ejemplo, el presidente de la Cámara baja, Mike Johnson, ha descartado la idea de una enmienda constitucional que permita un tercer mandato para Trump, calificando el proceso como de “alto nivel” y difícil de lograr.
También en la Cámara de Representantes, el congresista Andy Ogles (R-Tenn.) presentó una propuesta para permitir que Trump se postule nuevamente, pero excluir a otros expresidentes como Barack Obama. Esa iniciativa no ha progresado significativamente y ya enfrenta críticas legales y de constitucionalidad.
Riesgos y desafíos institucionales
Llevar adelante un plan para un tercer mandato implicaría riesgos enormes: litigios frente a la Corte Suprema, debates públicos intensos, fracturas dentro del Partido Republicano y reacciones inmediatas en el Congreso y la opinión pública. Reformar la Constitución no solo exige mayorías amplias en el Legislativo, sino también la ratificación de los estados, un umbral altísimo en el contexto polarizado actual.
Además, cualquier interpretación legal creativa que intente redefinir lo que significa “dos mandatos” enfrentaría retos jurídicos monumentales. La Enmienda 22 no proporciona excepciones genéricas; cualquier reinterpretación expansiva abriría puertas peligrosas para la institucionalidad democrática.
