Recibir el diagnóstico de cualquier enfermedad crónica como la psoriasis no solo implica enfrentar los síntomas visibles de la piel. Las repercusiones emocionales pueden ser incluso más complejas que la condición misma si no se reconocen y atienden, según el consejero psicológico Héctor Pérez López.
“La apariencia física guarda relación directa con la autoestima y en cómo nos perciben los demás”, explicó Pérez López.
La psoriasis es una afección de la piel que se manifiesta mediante la acumulación de placas rojas y escamas dolorosas en distintas partes del cuerpo, muchas de ellas visibles, como puede ser los codos, manos, cabeza y rodillas. Por eso, el paciente con psoriasis puede experimentar emociones como tristeza, vergüenza, frustración, coraje y ansiedad, afectando la forma en que la enfrenta y, en muchos casos, exacerbando los síntomas. Más allá de ser una condición dermatológica que exige un seguimiento clínico especializado constante, una buena salud emocional contribuye a mantenerla bajo control.
Este año, para conmemorar el Día Internacional de la Psoriasis, la Federación Internacional de Asociaciones de Psoriasis (IPFA) lanzó la campaña global “Detener el efecto dominó” para avanzar hacia una mayor comprensión de la condición y ofrecer atención temprana e integrada, así como igualdad de acceso al tratamiento en todo el mundo. Datos de IPFA indica que más de 60 millones de personas viven con psoriasis. Según la organización, estas presentan más del doble de riesgo de sufrir angustia psicológica severa, lo que representa un 109 % más de probabilidad de desarrollar trastornos de salud mental en comparación con la población general.
“Es normal sentir miedo al rechazo o preocupación por los cambios en la piel. Reconocer estas emociones es el primer paso para manejarlas. Negarlas solo aumenta el malestar y limita la capacidad para tomar decisiones saludables”, señaló el consejero psicológico. “Si lo que sientes te provocan síntomas de tristeza, buscar apoyo y ayuda temprana puede ser clave”, añadió.
Aprende sobre la condición
Un ejercicio de autoayuda es conocer bien las manifestaciones de la condición, qué factores la exacerban y orientarse sobre los tratamientos y hábitos que pueden evitar o reducir los brotes. “El conocimiento disminuye la percepción negativa y los pensamientos anticipatorios sobre eventos que quizás nunca ocurran”, advirtió.
Asimismo, mantener una mente positiva es uno de los mejores aliados para el manejo de la psoriasis, afirmó Pérez López. Estudios han demostrado que el estrés y las emociones intensas pueden empeorar muchas enfermedades, incluyendo las de la piel. Procurar el equilibrio emocional contribuye al bienestar físico en general. “Una mente positiva no cura la condición, pero sí influye en cómo la manejamos. El equilibrio emocional es clave para transformar la experiencia en algo que nos fortalezca”, dijo.
Aunque todavía no se ha descubierto la cura para la psoriasis, existe una variedad de tratamientos que, según especialistas, permiten a los pacientes vivir en remisión. Por eso, indicó, es importante ser consistente en los tratamientos para el cuidado de la piel y practicar hábitos saludables que prevengan inflamaciones de la piel.
