El presentador de televisión venezolano, Raúl González, habló por primera vez sobre su orientación sexual.
Fue en una conversación con la periodista Mandy Fridmann, con motivo del lanzamiento de su libro ‘La verdad muere de pie’, que el copresentador del programa matutino Despierta América (Univision) reveló su orientación sexual.
“Ya yo dije quién era o lo que me faltaba por decir. Todo el mundo te juzga, todo el mundo te condena, si no es por la prótesis de cabello que uso es por los lentes o es porque adelgazo y engordo o es porque grito durante el programa… Todo el mundo siempre tiene algo que decir. Llega un momento en que tú tienes que decir: ‘Lo que puedo controlar es lo que yo controlo. Déjalos que opinen, que digan lo que quieran’. En el nombre de Dios te condenan, utilizan ese nombre para eso. Yo lo que quiero es estar tranquilo. Ya se abrió la puerta, vendrán comentarios, aparecerá gente porque yo estoy consciente de lo que esto significa; sin embargo, cuando ya tú empiezas a ver todo con perspectiva dices: ‘Yo no he matado a nadie, yo no he hecho cosas que llaman pecados mortales. En lo absoluto, simple y llanamente he sido un ser humano que se escondió, se refugió en comida, en alcohol, en relaciones que algún momento se convirtieron tóxicas para aparentar’”, expresó. “Soy gay”.
González reveló además que su padre le pidió mantener su orientación en secreto hasta su fallecimiento.
“Además en el libro cuento que cuando mi papá se entera mi papá me hace jugar que esto no se sepa hasta que él se muera. Entonces yo obviamente por el amor que le tuve, el respeto que le tuve y le tengo yo se lo prometí porque entendí su vergüenza”, confesó.
El presentador relató que, con el tiempo, su padre pasó de la negación al amor y el perdón: “Sin embargo, cuento también ese proceso primero de negación de parte de él y después un proceso de amor tan hermoso, que es el otro mensaje que quiero dar: el perdón. Y la importancia también de transitar. Yo estuve en terapia desde que tengo 17 años precisamente para entender todo lo que estaba pasando, saber cómo me iba a enfrentar yo a esta situación”.
“Yo sacrifiqué mi felicidad”, reconoció con lágrimas en los ojos. “Pero él se fue en paz”.