





La PlayStation 4 (PS4), lanzada por Sony Interactive Entertainment en 2013, ha sido una de las consolas más importantes de la historia reciente del gaming. Con más de 117.2 millones de unidades vendidas a nivel mundial, se posicionó como la segunda consola de sobremesa más vendida de Sony, solo superada por la icónica PS2. Sin embargo, después de más de una década de vida útil y éxito rotundo, la compañía ha comenzado a enviarle un “silencioso adiós” a medida que consolida la nueva era liderada por la PlayStation 5.
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Este retiro no es un apagón total, sino el inicio de un “desmantelamiento gradual” que se hará más notorio a partir de 2026. La decisión marca el fin natural del ciclo de vida de la consola de octava generación, que compitió directamente contra Xbox One y Wii U. Para los millones de usuarios que la han mantenido activa por su vasta biblioteca de juegos exclusivos y el valor de la nostalgia, este proceso significa que la experiencia de juego en la PS4 comenzará a sentirse cada vez más aislada y limitada.

El comienzo del desmantelamiento y sus consecuencias
El proceso de retiro, programado para intensificarse a partir de 2026, se centrará en la eliminación de las funciones sociales y de comunidad integradas en la PS4. Sony ha decidido retirar paulatinamente las APIs (Interfaces de Programación de Aplicaciones) que mantienen en funcionamiento estos servicios esenciales de PlayStation Network.
La consecuencia directa de esta eliminación de soporte es que las características que definieron a la PS4 como una consola de conexión y comunidad dejarán de funcionar. Específicamente, las plataformas y herramientas que facilitaban las interacciones sociales entre jugadores quedarán obsoletas. Esto marca una barrera tecnológica y experiencial entre la generación de la PS4 y las consolas posteriores, como la PS5.

El legado de conectividad y el botón “Share”
La PS4 dejó un legado imborrable en la industria que va más allá de las cifras de venta. La consola fue un punto de inflexión que enfatizó la conectividad y la comunidad como elementos centrales de la experiencia de gaming. Antes de su lanzamiento, la interacción social en consolas era más limitada, pero la PS4 consolidó un entorno donde los jugadores se sentían parte de un verdadero “hogar” digital.
Una de las características físicas más icónicas que simbolizó este cambio fue la inclusión del famoso botón “Share” en el control DualShock 4. Este botón hizo que compartir capturas de pantalla, clips de video y momentos épicos de juego fuera instantáneo y sencillo, alimentando la cultura de streaming y la interacción online. Es precisamente esta experiencia de comunidad la que se verá afectada por la retirada del soporte a las funciones sociales cruciales.

El motivo de Sony: Enfocarse en el futuro (PS5 y PS6)
La decisión de Sony de dar un adiós gradual a la PS4 es una estrategia lógica de negocio y desarrollo. Al finalizar el soporte extendido para las funciones sociales de la consola, la compañía puede reorientar sus recursos y esfuerzos de ingeniería. Estos recursos liberados se destinarán por completo al soporte y desarrollo de sus proyectos de nueva generación.

El objetivo de Sony es claro: darle mayor relevancia y foco de trabajo a la PlayStation 5, impulsar los nuevos servicios de juegos en la nube y, a mediano plazo, comenzar a preparar el terreno para la PlayStation 6. Este “silencio administrativo” sobre el fin de la PS4 es la manera en que la empresa fija su atención en las tecnologías emergentes y las exigencias de hardware de los próximos años.
La nostalgia y los títulos exclusivos que dejó atrás
A pesar del desmantelamiento gradual, el impacto cultural de la PS4 es innegable. La consola llegó al mercado con una propuesta fresca y potente, respaldada por un catálogo de títulos exclusivos de gran calibre que son recordados por la comunidad.

Juegos como Bloodborne, God of War (2018) y The Last of Us Part II no solo fueron éxitos comerciales, sino que se convirtieron en referentes de la narrativa y la calidad gráfica de su generación. Muchos usuarios temen que la era de la PS5 y futuras consolas carezca de ese “toque de alma y comunidad auténtica” que caracterizó a la PS4, marcándola como un punto de inflexión entre el mundo de los títulos tradicionales y la nueva era de servicios online integrados.
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