




Una extensa investigación del Institute for Health Metrics and Evaluation (IHME), la New York University Langone Health y la University of Glasgow, en el marco del estudio Carga Global de Enfermedades (GBD), revela que la enfermedad renal crónica (ERC) es la novena causa de muerte en el mundo.
Países con poblaciones muy grandes como China e India concentran los mayores números absolutos de personas con ERC, aproximadamente 152 millones en China y 138 millones en India.

Por otro lado, algunos países de Centroamérica y la región Andina muestran las tasas más altas de mortalidad por enfermedades renales. Para ser más exactos, según la Organización Panamericana de Salud, países como Nicaragua, El Salvador, Bolivia, Guatemala, Surinam, Honduras y Ecuador figuran entre los que tienen mayor tasa estandarizada de muerte por enfermedades renales.
Esto pone de relieve que en Latinoamérica la combinación de factores de riesgo, junto a las barreras de acceso a salud preventiva, convierten a la ERC en un reto primordial para la salud pública.
¿Por qué ha subido tanto?
Hay varias razones que explican este ascenso, una de ellas es que la población mundial está envejeciendo, y con la edad los riñones suelen ir perdiendo capacidad de filtrado. Sin embargo, no todo tiene que ver con la edad, ya que enfermedades como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial y el sobrepeso son factores clave que alimentan la ERC.
Muchas personas tienen la enfermedad renal crónica en etapas tempranas sin síntomas, lo que retrasa el diagnóstico y hace que cuando aparezca sea más grave. Por otro lado, están las regiones del mundo con menor acceso a salud preventiva, lo que termina agravando la situación.

¿Qué significa?
Esta enfermedad ya no es “algo de otros”, ni algo tan lejano. Si tienes más de 40 años, presión alta, diabetes, antecedentes familiares o simplemente quieres cuidar tus riñones, estás en el momento de actuar. La noticia más allá de alarmar, es un llamado a prevenir, educar y actuar.

Grandes aliados para cuidar tus riñones
- Chequeos periódicos: Un simple análisis de sangre y orina puede detectar si tus riñones están funcionando bien.
- Control de la presión arterial y la glucosa: Estas dos variables afectan directamente a los riñones. Una presión y glucosa bajo control es un gran paso.
- Peso saludable, alimentación rica y balanceada: Menos ultraprocesados, menos sal, más frutas, vegetales, agua y ejercicio.
- Evitar hábitos agresivos para los riñones: Algunos medicamentos sin receta, consumo excesivo de sal y bebidas azucaradas, pueden sumar riesgo.

Una mirada al futuro
Aunque los datos pueden resultar preocupantes, ese mismo conocimiento abre una ventana de esperanza, porque conocer algo es el primer paso para cambiarlo. Imagina que cada persona que decide hacerse exámenes hoy, es un caso que no terminara en complicaciones graves.
Las personas no tendrían que resignarse. Con esta noticia, puedes decidir ser el artífice de hábitos que protegen tus riñones, influenciar a tu círculo y elegir cambios pequeños que hacen la diferencia.
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