El Mando Sur del Ejército de Estados Unidos (Southcom) reportó la muerte de cuatro hombres a bordo de una embarcación que bombardeó este jueves en aguas del Pacífico, dentro de una operación supuestamente dirigida contra el narcotráfico que, desde septiembre, ha dejado más de 80 muertos en este océano y en el mar Caribe.
Southcom afirmó en X que el 4 de diciembre la Fuerza Operativa Conjunta ‘Lanza del Sur’ ejecutó “un ataque cinético letal” contra un buque en aguas internacionales operado por “una organización terrorista designada”, acción que mató a “cuatro narcoterroristas varones”.
El mando militar justificó la operación, ordenada por el secretario de Defensa Pete Hegseth, al señalar que la Inteligencia estadounidense “confirmó” que la embarcación transportaba narcóticos ilícitos y navegaba por una ruta conocida de tráfico en el Pacífico oriental.
El jefe del Pentágono afirmó esta semana que los ataques contra presuntas narcolanchas en el Caribe y el Pacífico oriental “apenas han comenzado” y recordó que, antes de este último bombardeo, las operaciones acumulaban 82 víctimas mortales en 21 acciones.
Debate sobre los supervivientes de septiembre
Los dos hombres muertos mientras flotaban aferrados a su embarcación volcada durante un ataque secundario contra una presunta narcolancha a inicios de septiembre no parecían contar con radios ni otros dispositivos de comunicación, según declaró a los legisladores el alto oficial militar a cargo de la operación, reportó CNN citando a tres fuentes con conocimiento directo de sus informes al Congreso.
Desde septiembre, funcionarios de defensa habían defendido discretamente que la muerte de los dos supervivientes no constituía un crimen de guerra, argumentando que eran objetivos legítimos porque supuestamente estaban intentando solicitar ayuda o refuerzos que, de recibirlos, podrían haberles permitido continuar con el tráfico de drogas a bordo del barco que se hundía.
Sin embargo, el jueves, el almirante Frank “Mitch” Bradley reconoció que los dos supervivientes no estaban en condiciones de realizar llamadas de auxilio durante sus informes a los legisladores. Bradley, entonces a cargo del Comando Conjunto de Operaciones Especiales (JSOC), dirigió la primera acción militar.
El ataque inicial sobre la embarcación, que se creía transportaba cocaína, mató a nueve personas de inmediato, partió el barco a la mitad, lo volcó y provocó una columna de humo visible desde lejos, según fuentes que revisaron el video de vigilancia usado en los informes.
Parte del metraje incluía un zoom en alta definición sobre los dos supervivientes aferrados a un fragmento todavía flotante del barco, y durante casi 41 minutos Bradley y el centro de mando militar estadounidense discutieron cómo proceder mientras observaban a los hombres intentar voltear los restos de la embarcación.
