El especialista en medicina primaria y estética, Guillermo Colón Colón, ofreció este domingo una serie de recomendaciones para que las personas puedan identificar los síntomas de la disfagia y así evitar complicaciones que afecten la calidad de vida.
Según los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) la disfagia es la dificultad para tragar alimentos, líquidos o incluso la saliva, lo que puede generar sensación de que la comida se queda atascada en la garganta o el pecho.
De acuerdo con expertos, es una condición médica que afecta, en silencio, a millones de personas a nivel global, especialmente, adultos mayores y personas con afecciones neurológicas o problemas de reflujo.
Colón Colón indicó que muchos pacientes subestiman los efectos de este trastorno de deglución que, de no tratarse a tiempo, puede ocasionar varias complejidades, entre estas, aspiración que, es cuando los alimentos o líquidos entran en la vía respiratoria.
“Otras consecuencias son: deshidratación y desnutrición, pérdida de peso no intencional y, neumonía frecuente que, es una de las causas principales de hospitalización en los adultos mayores. Por eso, cada 12 de diciembre se conmemora el Día Mundial de la Disfagia, con el propósito de concienciar a la ciudadanía sobre esta patología, a fin de lograr detecciones tempranas que faciliten el tratamiento adecuado y disminuir las posibles complicaciones”, señaló el doctor en declaraciones escritas.
“En mi práctica de medicina primaria puedo constatar cómo la disfagia comienza con señales leves que el paciente suele ignorar, entre estas: ‘se me fue por el galillo viejo’, ‘me cuesta tragar carne’ o que, ‘la comida siento que se queda pegada en la garganta’. No obstante, aquello que suele presentarse como un detalle menor, pudiese tratarse de una señal de alerta importante, pero la clave para disminuir los riesgos está en una evaluación temprana que permitirá conocer las causas, entre estas, reflujo severo, efectos secundarios de medicamentos, debilidad muscular, accidentes cerebrovasculares o enfermedades neurodegenerativas” sostuvo.
Algunos síntomas de la disfagia son: tos o carraspera al comer o beber, sensación de que la comida se queda atascada en la garganta y dolor o dificultad al tragar. Igualmente, debe observar si presenta atragantamientos frecuentes, regurgitación de alimentos, babeo o dificultad para manejar la saliva, neumonías o infecciones respiratorias recurrentes y cambios en la voz después de comer.
“Cabe destacar que, estos síntomas no deben normalizarse ya que, la disfagia no forma parte del proceso de envejecimiento, sino que es una señal que merece evaluación. Durante la primera consulta, se exploran ciertos factores como la sintomatología, historial clínico y posibles causas. Además, se identifican condiciones asociadas, entre estas, debilidad muscular, párkinson, alzhéimer, secuelas de derrames y, efectos de medicamentos o reflujo”, añadió.
Entre las recomendaciones inmediatas para comer con mayor seguridad, dependiendo del caso, se encuentran: ajustar medicamentos que podrían estar afectando la deglución, ordenar estudios especializados, así como el referido a profesionales en patología del habla y, especialistas en gastroenterología u otorrinolaringología para una evaluación detallada.
“Hay que recalcar que, la intervención temprana reduce significativamente el riesgo de complicaciones. Asimismo, existen algunas medidas que pueden ayudar a manejar la condición, mientras se realiza la evaluación, entre estas, tomar bocados pequeños y masticar lentamente, evitar hablar mientras come y, no ignorar episodios repetidos de atragantamiento. Además, se recomienda que permanezca sentado y erguido, tanto al comer como unos 30 minutos después de haber ingerido los alimentos; ajustar la textura de los alimentos -más blandos o triturados- si causa molestias y, evitar alimentos muy secos si provocan tos. En este Día Mundial de la Disfagia, mi mensaje es sencillo: Si nota dificultad al tragar, ya sea en usted o en un ser querido bajo su cuidado, no lo deje pasar por alto. Muchas veces, el paciente no reconoce las señales, pero el cuidador puede identificarlas a tiempo. La detección temprana salva vidas y recuerde que, cuidarse y cuidar de otro es también un acto de amor. Todo comienza con prestar atención a las señales y buscar una evaluación oportuna”, finalizó.
