El Fondo Nacional para la Preservación Histórica, la más importante organización estadounidense dedicada a la conservación de patrimonio, ha presentado una demanda contra el presidente Donald Trump para impedir que complete la construcción de su gran salón de baile y actos en el ala este de la Casa Blanca, ahora derruida para dar paso a una obra estimada entre 170 y 260 millones de dólares que altera significativamente la estructura de la residencia presidencial.
La organización, creada por el Congreso de Estados Unidos, ha explicado en un comunicado enviado a los medios estadounidenses que la demanda es una forma de presionar al proyecto dado que sus peticiones anteriores por carta para paralizar la obra y solicitar dos procesos, uno de revisión y otro de escrutinio público, no habían sido atendidas.
“La Casa Blanca es posiblemente el edificio más evocador de nuestro país y un símbolo mundialmente reconocido de nuestros poderosos ideales estadounidenses. Como organización encargada de proteger los lugares donde se desarrolló nuestra historia, el National Trust se vio obligado a presentar esta demanda”, ha manifestado en el comunicado la presidenta y directora ejecutiva del grupo, Carol Quillen.
Trump figura en la demanda como acusado junto al Servicio de Parques Nacionales, el Departamento del Interior y la Administración de Servicios Generales. El caso corre a cargo del magistrado Richard Leon, un nombramiento del expresidente George W. Bush.
En una primera respuesta a la cadena CNN, el portavoz de la Casa Blanca Davis Ingle ha restado toda importancia a la demanda y asegurado que “el presidente Trump tiene plena autoridad legal para modernizar, renovar y embellecer la Casa Blanca, tal como lo hicieron todos sus predecesores”.
El presidente sí está capacitado para ordenar la demolición sin necesidad del dictamen de una comisión evaluadora previa: la Ley Nacional de Preservación Histórica exime a la Casa Blanca de este prolegómeno, que Trump y su equipo hubieran tenido que cumplimentar en el caso de haber afectado a la sede del Tesoro, que además es Sitio Histórico. El verdadero trámite vendrá después, cuando la construcción del proyecto sea sometida al dictamen de la Comisión Nacional de Planificación de la Capital.
Trump espera inaugurar el Salón de Bailes de Estado de la Casa Blanca de antes del final de su segundo mandato, en 2029.
La Administración Trump habla de un espacio aproximado de 8,300 metros cuadrados, un área que, en principio, prácticamente duplicaría el tamaño entero de la residencia por lo que lo más probable es que esta estimación haya tenido en cuenta niveles inferiores para alojar la cocina y su almacén.
