Las autoridades de Gaza confirmaron este sábado los estragos causados desde el pasado miércoles por la tormenta polar ‘Byron’ entre los cientos de miles de desplazados del enclave palestino, donde han muerto doce personas y más de 27.000 familias se han quedado a la intemperie al ver sus tiendas de campaña arrastradas por las inundaciones.
El Gobierno gazatí estima que ‘Byron’ ha dejado daños por valor de 3,5 millones de euros y provocado daños en 13 viviendas y unas 50.000 tiendas de campaña, según el director de comunicación de las autoridades de Hamás, Ismail Thawabta.
El jefe de medios recordó que, merced a la ofensiva israelí, más de un cuarto de millón de personas desplazadas, de aproximadamente un total de millón y medio de personas, viven en tiendas de campaña y refugios rudimentarios que no ofrecen el nivel mínimo de protección.
La tormenta, además, ha provocado la erosión de cientos de calles de tierra y caminos temporales dentro de las gobernaciones de la Franja de Gaza, interrumpiendo el transporte y dificultando que las ambulancias y los vehículos de defensa civil lleguen a las zonas afectadas.
También hay daños a las redes de alcantarillado improvisadas que se instalaron en caso de emergencia, inundaciones en los accesos a escuelas y centros educativos utilizados como albergues, y daños a los equipos de servicios de apoyo al interior de estos centros.
Asimismo, hay constancia de interrupciones en las líneas temporales de transmisión de agua, embarramientos de depósitos de agua potable, colapsos pozos de absorción temporales en docenas de asentamientos centrales llenos de personas desplazadas y un aumento de los riesgos de contaminación y propagación de enfermedades.
La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) alertó este viernes del impacto del paso de la tormenta polar y expresado su grave preocupación ante lo que se avecina para el mes que viene, con la llegada del invierno y las fuertes lluvias”, especialmente debido al “enorme aumento” de las infecciones respiratorias en niños y de los casos de diarrea durante el invierno de 2024 a causa de la crisis humanitaria en la que está sumida la población del enclave a causa de la enorme destrucción causada por la ofensiva de Israel.
