La libertad de expresión atraviesa su peor momento en más de una década. Así lo concluye el World Trends in Freedom of Expression and Media Development 2022–2025, publicado por la UNESCO, al documentar un deterioro sostenido de los derechos fundamentales vinculados al acceso a información confiable, la seguridad de periodistas y el funcionamiento de los medios independientes.
Según el informe, el Índice Global de Libertad de Expresión ha caído 10% desde 2012, una contracción comparable solo con períodos marcados por guerras mundiales o por el ascenso de regímenes autoritarios. La tendencia coincide con un debilitamiento de los contrapesos democráticos, parlamentos menos efectivos y un clima internacional donde prolifera la desinformación.
Violencia creciente y zonas de silencio
La realidad para quienes ejercen el periodismo es alarmante. Entre 2022 y 2025, al menos 310 periodistas fueron asesinados, más de la mitad en zonas de conflicto. Solo 0.9% de los casos se ha resuelto, una señal de la persistente impunidad que alimenta nuevos ataques.La UNESCO identifica la creación de “zonas de silencio” en distintas regiones, donde informar se vuelve prácticamente imposible debido a amenazas, censura o desplazamiento forzado.
El panorama es especialmente crítico para las mujeres periodistas: 24 fueron asesinadas en el periodo estudiado y el acoso digital constituye la forma más común de agresión.
El informe destaca que la migración forzada de periodistas, particularmente en América Latina, dejó de ser un fenómeno aislado para convertirse en una condición estructural del ecosistema informativo contemporáneo. La persecución política, el cierre de medios y el uso de leyes restrictivas empujan a decenas de comunicadores a abandonar sus países.
Tecnología e IA: oportunidades y nuevas amenazas
Si bien las herramientas digitales han permitido mayor acceso a información y nuevas formas de colaboración transfronteriza, las plataformas tecnológicas concentran hoy un poder sin precedentes.El documento sostiene que los modelos de inteligencia artificial compiten directamente con el periodismo al inundar el ecosistema informativo con contenido optimizado para el entretenimiento y la viralidad, no para la veracidad.
La desinformación se expande con rapidez: siete de cada diez personas creen que periodistas, gobiernos o empresas los han engañado intencionalmente, según datos integrados en el informe. En un año electoral global como 2024–2025, esta dinámica agrava los riesgos para la deliberación pública.
Crisis de sostenibilidad en los medios
Además de la presión política y tecnológica, la UNESCO subraya que los medios atraviesan una crisis económica profunda. Las grandes plataformas digitales capturan la mayoría de los ingresos publicitarios, mientras que los modelos tradicionales no logran adaptarse con la velocidad necesaria.La consecuencia es un periodismo debilitado: menos recursos, más precariedad laboral y menor capacidad para investigar asuntos de interés público.
Contrapesos y señales de esperanza
A pesar del panorama adverso, el informe identifica progresos relevantes:
- Más de 1.5 mil millones de personas obtuvieron acceso a redes sociales y mensajería entre 2020 y 2025.
- Creció el periodismo colaborativo de investigación, con alianzas globales que han revelado corrupción y abusos.
- Se incrementaron los modelos de suscripción, lo que fortalece la independencia editorial.
- 96 países ya reconocen legalmente a los medios comunitarios, ampliando la pluralidad informativa.
Una advertencia para la comunidad internacional
La UNESCO advierte que el deterioro acelerado de la libertad de expresión pone en riesgo el cumplimiento del Objetivo de Desarrollo Sostenible 16.10, que exige garantizar acceso a información y protección de libertades fundamentales antes de 2030.Sin mejoras significativas, la erosión informativa podría comprometer incluso el avance del resto de los objetivos globales.
El mensaje central del informe es inequívoco: sin políticas robustas de protección a periodistas, mayor transparencia de plataformas tecnológicas y mecanismos que aseguren la viabilidad económica del periodismo, la democracia global seguirá retrocediendo.
