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Nick Reiner, hijo del reconocido actor y director Rob Reiner y la fotógrafa Michele Singer Reiner, hizo su primera comparecencia ante la corte el miércoles tras ser acusado de asesinar a sus padres.
El joven de 32 años, quien permanece detenido sin derecho a fianza, no presentó declaración de culpabilidad, y su audiencia de imputación fue aplazada hasta enero.
El martes, la oficina del fiscal del condado de Los Ángeles presentó cargos en su contra por dos delitos de asesinato en primer grado con circunstancias especiales por múltiples homicidios, además de una acusación adicional por el uso de un arma peligrosa, un cuchillo.
Los cargos se produjeron dos días después de que la pareja fuera hallada muerta en su residencia en Brentwood. Según informó The New York Times, su hija Romy Reiner descubrió el cuerpo de su padre tras recibir una llamada de un masajista que no pudo acceder a la vivienda para una cita programada. Romy “huyó de la casa angustiada” y los servicios de emergencia hallaron también el cuerpo de Michele Singer Reiner en el hogar.
El lunes, la policía indicó que respondieron a una llamada relacionada con una investigación por muerte en la residencia de los Reiner, donde identificaron a las víctimas como Rob y Michele Reiner y determinaron que habían sido asesinados. Las autoridades señalaron que la investigación reveló que Nick Reiner era responsable de los hechos y fue arrestado esa misma noche.
En un comunicado emitido el miércoles, los hijos de la pareja, Romy, de 27 años, y Jake Reiner, de 34, expresaron su agradecimiento por “las muestras de condolencia, amabilidad y apoyo” y solicitaron “respeto y privacidad, que las especulaciones se manejen con compasión y humanidad, y que se recuerde a nuestros padres por las increíbles vidas que llevaron y el amor que brindaron”.
“Las palabras no pueden describir el dolor inimaginable que experimentamos cada momento del día”, señalaron en la declaración proporcionada a People. “La pérdida horrible y devastadora de nuestros padres, Rob y Michele Reiner, es algo que nadie debería experimentar. No solo eran nuestros padres; eran nuestros mejores amigos”.
