





Del CPI.
El sol no siempre azotó directamente estas gradas de concreto. Hubo un tiempo en que la brisa del Yunque llegaba fresca hasta los bleachers con techo del parque de béisbol de Villas de Río Grande. Los padres se acomodaban bajo la sombra de planchas de metal galvanizado que ya no están. Los equipos de pelota de toda la región se peleaban la disponibilidad de este espacio recreativo, que quedó afectado por el paso arrollador del huracán María, en 2017, y, desde octubre de 2023, espera por el desembolso de los fondos obligados para su reconstrucción.
El abandono del parque no se debe solo a que los fondos de reconstrucción aún no llegan, sino también a que ni siquiera el gobierno estatal o el municipio destinan recursos suficientes para el mantenimiento del lugar, constató el Centro de Periodismo Investigativo (CPI).
En términos económicos, los datos del Portal de Transparencia de la Oficina Central de Recuperación, Reconstrucción y Resiliencia (COR3) registran $1,449,374,899 millones en fondos obligados para infraestructura relacionada a “parques, instalaciones recreativas y otros”, de los fondos de recuperación y donde ubican los parques de pelota. Solo el 27 % de esa suma se había desembolsado a finales de septiembre del año en curso ($391.8 millones).
Casi la totalidad de la inversión fue solicitada por municipios. Son más de 2,200 proyectos, y menos de una tercera parte han sido completados (30.9 %). Los datos reflejan un progreso fragmentado y un ritmo de desembolso lento respecto al total de fondos disponibles.
“Nosotros, aquí mismo en la comunidad, tratamos de mantener el parque lo mejor posible”, asegura Rubén García Flores, líder recreativo de Villas de Río Grande, quien lleva más de cuatro décadas ligado al béisbol. “Pero el tiempo pasa factura. Yo tengo mis situaciones de salud, y aunque tengo mi tractor para pasarlo y cortar el pasto, cada vez el reto es más fuerte”.
Hace más de 40 años, en Río Grande, se sembró una tradición deportiva que, como en la mayoría de los pueblos de Puerto Rico, hizo del juego de pelota una escuela de vida que se desarrollaba en sus torneos de barrio. García Flores contribuyó a sembrar esas semillas deportivas en su comunidad, al organizar equipos de pequeñas ligas sin cobrar un solo centavo por las enseñanzas que impartió.
Esos frutos están presentes en diferentes generaciones de riograndeños. Un ejemplo de ello son Los Guerrilleros de Río Grande del Béisbol Clase A, equipo del que es dirigente y donde el talento de jóvenes que oscilan entre los 20 y 25 años se combina con el de veteranos que superan los 35. Gran parte de ellos fueron encaminados por García Flores desde pequeños y desarrollados en el parque de Villas en distintas épocas.

“Gané experiencia y alegrías”, dice con seriedad. “No fue como es ahora. Yo empecé de jovencito a enseñarles a jugar a los niños. A mis 13 años ya tenía mi primer equipito de nenes de 7 y 8 años. Se llamaban Los Tigres. Invitamos a los niños a través de la radio. Llegaron a este parque y, desde entonces, he tenido mis equipos, al mismo tiempo que fui jugador de Doble A”.
Sin embargo, hoy los rayos del mediodía colorean el cemento agrietado, las verjas rotas y oxidadas. El pasto malo se apoderó del terreno. La recuperación se ponchó en este diamante comunitario.
El registro en línea del COR3 muestra que la remodelación total de las áreas recreativas de este parque de Villas de Río Grande tenía un costo estimado de $828,151 y que se le obligaron o asignaron fondos por $745,336 desde octubre de 2023. A diciembre de 2025, dos años después de que la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA, en inglés) aprobara esa asignación, el desembolso para rescatar el parque continuaba en cero.
Antes de que el parque fuera traspasado al municipio en diciembre del año pasado, el Departamento de Recreación y Deportes (DRD) era la agencia responsable de completar la obra. Pero el DRD no ha completado ninguno de los proyectos que involucran parques de pelota en Río Grande, aun cuando recibió fondos obligados a FEMA desde 2020, según se desprende de un análisis de la base de datos del portal de transparencia del COR3.
Por ejemplo, el parque de la Comunidad Palmer, en la falda del Yunque, aparece como una construcción completada por el DRD en los documentos del COR3, pero su remodelación quedó incompleta y, al presente, el terreno del parque está abandonado y en condiciones no aptas para realizar juegos de pelota allí, comprobó el CPI. El parque cuenta con un sistema de alumbrado nuevo que no se usa, al igual que las gradas, pese a que hace tres años allí mismo se tomó una foto posada de los funcionarios de turno con la que la administración del exgobernador Pedro Pierluisi anunció con bombos y platillos su reconstrucción y la colocación de la primera piedra. Hoy en Palmer, hay un parque perdido en un pastizal.


El Departamento de la Vivienda también tenía instalaciones deportivas a cargo en Río Grande antes de los huracanes, pero no reclamó un centavo a FEMA para atenderlas, según la administración municipal. El miniestadio de la Comunidad Las Dolores era una de las facilidades bajo la responsabilidad del Departamento de Vivienda, pero la administración municipal asumió su remodelación, junto a la de la cancha de baloncesto que hay allí. La recuperación de estas facilidades totalizaba $250,972, de los que FEMA obligó $225,875 en octubre de 2021. Pero hasta diciembre de este año, solo $56,469 habían sido desembolsados al municipio, que recibió el traspaso del parque.
Un reto nacional
Las escenas de abandono en Villas de Río Grande y en Palmer se repiten en otros parques de pelota en el resto de Puerto Rico.
Los datos de COR3, actualizados hasta finales de septiembre, identifican, por lo menos, 832 obras activas (identificados como “daños” en el COR3), que incluyen parques de pelota en Puerto Rico. A ocho años del paso del huracán María y a cinco de que se obligara la mayoría de los fondos, el 42 % de los proyectos se encuentra en las fases iniciales de adquisición, planificación y diseño, sin que se prevea una fecha específica de su finalización.
En julio de este año, la gobernadora Jenniffer González Colón reinauguró el parque de pelota de la primera sección de la Urbanización Río Grande Estates junto al secretario del DRD, Héctor Vázquez Muñiz; el presidente de la Cámara, Carlos Méndez; el alcalde de Río Grande, Ángel González Damudt; y un séquito de figuras políticas. Pero lo cierto es que ese proyecto, a cargo del DRD, sigue incompleto y en fase de construcción, pues no se limita al parque de pelota, sino que incluye otras áreas recreativas aledañas.
Hasta diciembre, se había desembolsado 53 % de los $1,319,315 obligados desde 2020 para ese desarrollo. Actualmente, el terreno del parque está en total abandono por el desuso y la falta de mantenimiento.

Hay otra obra similar en esta urbanización bajo el DRD, en etapa de planificación. Los fondos de esta obra fueron obligados desde 2020.
El alcalde le informó al CPI que el Municipio de Río Grande recibió, en diciembre del año pasado, el traspaso de dos parques por parte del DRD: uno en la comunidad Jardines y otro en Villas, donde García Flores todavía convoca a sus equipos de pelota. Ambos parques pasaron, en 2025, a la etapa de diseño.
“Muchas de esas propiedades no le pertenecen al municipio y, si no tenemos la titularidad, no podemos hacer prácticamente nada”, explicó González Damudt. El Alcalde afirmó que, luego del huracán María, su municipio realizó reclamos a FEMA para todas las facilidades, independientemente de si le pertenecían a la administración municipal o al gobierno central. “El propio DRD reconoció que no tenía claro qué era de ellos y qué no”, dijo el Alcalde.
El ejecutivo municipal detalló que fue el propio Municipio el que se encargó de identificar a qué agencia pertenecía cada instalación.
“Hubo duplicidad en los reclamos a FEMA. En la Urbanización Río Grande Estates la mayoría de las facilidades le pertenecen al DRD. La agencia hizo reclamos para algunas de esas facilidades, no reclamaron para todas. Pero reclamaron una cantidad de dinero mucho, pero mucho menor de lo que el Municipio reclamó para cada una de las facilidades. Eso también pasó con otros parques, como el de Alturas y el de Villas de Río Grande. Inclusive, el DRD sacó dinero asignado a esos proyectos para moverlo a otros municipios, porque la ley, según ellos, se lo permitía. Por eso nosotros insistimos tanto en el traspaso, porque el DRD empezó proyectos aquí y los dejaron a medias”, subrayó el mandatario municipal.
En esa línea, el alcalde de Guaynabo, Edward O’Neill Rosa, aseveró que el problema no es FEMA ni COR3, pues “el dinero está ahí”. Según el mandatario municipal, “el problema es que es más el abandono que los fondos disponibles”.
“Responsablemente, yo voy trabajando las cosas poco a poco, en la medida que van aumentando los ingresos, sin tener que hacer préstamos”, explicó, al hacer referencia a los proyectos que requieren pareo de fondos, pues en muchos casos el costo de las obras supera el monto de los fondos obligados por FEMA.
“Los proyectos se tienen que trabajar completos”, dijo el Alcalde de Guaynabo. No voy a empezar algo [un proyecto de reconstrucción] que después no se termine por completo. Y así lo hemos logrado, siendo consistentes con eso, con tener el dinero completo sin recostarme de FEMA ni de COR3”, puntualizó.
El DRD no batea la recta y se poncha sin hacer swing
Esa falta de claridad en la titularidad de las facilidades no es un caso aislado. Según datos provistos al CPI, desde el cuatrienio pasado, el DRD no contaba con un inventario actualizado de la infraestructura deportiva bajo su administración, a pesar de haber iniciado obras y de solicitar fondos que no respondieron necesariamente a un análisis que considerara la totalidad de los daños.
El DRD le informó por escrito al CPI que el presupuesto requerido para realizar el inventario de propiedades nunca fue asignado, por lo que “el DRD trabaja el inventario con los recursos internos disponibles, enfrentando limitaciones de tiempo y capacidad”. La agencia aseguró que tiene un documento base del que surge un estimado de 75 parques de pelota bajo su administración directa, número que, al mes de octubre de 2025, continuaba “en proceso de depuración”.
El DRD no precisó los municipios donde se ubicaban estos parques. El listado provisto está organizado por oficinas regionales, y se distribuyen de la siguiente manera: Región Noroeste (3), Región Oeste (2), Región Norte (14), Región Sur (11), Región Sureste (11), Región Este (8), Región Noreste (10), Región Metro (13) y Región Central (3).
El secretario puso un toque de sacrificio
El DRD carece de una visión completa de su infraestructura recreativa, lo que explica parte del colapso en la ejecución de los proyectos de reconstrucción deportiva en la isla.
“La principal sorpresa que nos encontramos cuando llegamos, y que fue algo que manifesté en mis vistas de confirmación y de presupuesto, es el desconocimiento que hay en términos del inventario de facilidades”, puntualizó el secretario, Héctor Vázquez Muñiz. “Vimos que, cuando pasó el huracán María, tanto la secretaria del DRD en aquel entonces [Adriana Sánchez Parés], como los alcaldes, hicieron solicitudes a FEMA para las mismas facilidades, hubo duplicidad [y no necesariamente con iguales sumas de dinero por proyecto]. Ese fenómeno se dio en prácticamente todos los municipios y por eso es una situación que todavía hoy seguimos trabajando”, destacó.
A finales de septiembre, el Portal de Transparencia del COR3 registró 267 estructuras o grupos de estructuras para las que el DRD solicitó fondos para su rehabilitación. El 58 % aún no avanza de la primera etapa, planificación, a pesar de que los fondos para la mayoría fueron obligados inicialmente en 2020.
Para rehabilitar estas estructuras FEMA les aprobó $89.4 millones. De esa cantidad, solo el 31 % se ha traducido en pagos hasta la fecha.

Según Vázquez Muñiz, su enfoque como secretario del DRD es completar el inventario de titularidades. Pero destacó que ese es un reto que se tiene que trabajar “sin generalizar [el plan de trabajo]”. Precisó que “hay que ir facilidad por facilidad y pueblo por pueblo” y ese, según dijo, no es un proceso ágil.
El Secretario dijo que los procesos de subasta toman mucho tiempo y que “sería más chévere” si no tardaran tanto. Asimismo, reconoció el reclamo de los alcaldes de recibir mediante transferencia instalaciones bajo administración del DRD para hacerse cargo de ellas. “Estamos en la mejor disposición de transferir facilidades. Ya lo hemos hecho. Lo que pasa es, y esto es algo que continuamente se habla con los alcaldes, cuando una instalación se entrega luego de los trabajos, hay que esperar el close out de FEMA, que puede tardar un año”.
Cada paso añade meses —cuando no años— de espera.
Mientras la burocracia retrasa los procesos para la ejecución de las obras, cientos de parques siguen deteriorándose, muchos de ellos con terrenos cubiertos por la maleza sin que la niñez y juventud puertorriqueña puedan usarlo.
En este inning, el dinero de la recuperación de los parques de pelota en Puerto Rico no anota en carrera. La recuperación tras el paso del huracán María sigue consumiendo turno al bate.
Esta nota se publica en Metro.PR gracias a una alianza con el CPI. Puedes ver la historia original AQUÍ.
Source link
