El Gobierno de Venezuela denunció la incautación de un nuevo petrolero con hidrocarburos venezolanos y advirtió que tomará acciones para que el hecho no quede impune, en lo que constituye el segundo buque confiscado por Estados Unidos tras el bloqueo impuesto a los barcos petroleros que operan con el país sudamericano.
En un comunicado oficial, el Ejecutivo venezolano rechazó la intervención militar estadounidense y calificó la acción como un acto ilegal ocurrido en aguas internacionales. “La República Bolivariana de Venezuela denuncia y rechaza categóricamente el robo y secuestro de un nuevo buque privado que transportaba petróleo venezolano, así como la desaparición forzada de su tripulación, cometidos por efectivos militares de los Estados Unidos de América en aguas internacionales”, expresó el gobierno de Nicolás Maduro.
Las autoridades venezolanas catalogaron la confiscación como un acto de “piratería” y sostuvieron que la medida viola normas del Derecho Internacional, al tiempo que constituye un delito grave. Según el comunicado, este tipo de acciones forman parte de un modelo que Caracas describe como colonialista y que, a su juicio, no logrará sus objetivos.
“El modelo colonialista que pretende imponer el Gobierno de los Estados Unidos con este tipo de prácticas fracasará y será derrotado por el pueblo venezolano”, afirmó el Ejecutivo.
Caracas insistió en que las medidas adoptadas por la administración del presidente Donald Trump no impedirán que el país continúe con su desarrollo económico ni con el crecimiento de su industria de hidrocarburos de forma soberana. En ese contexto, anunció que acudirá a instancias internacionales para denunciar los hechos.
“El Ejecutivo ejercerá todas las acciones correspondientes para que estos actos no queden impunes”, indicó el gobierno venezolano, al adelantar que presentará una denuncia ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y otros organismos internacionales.
La incautación ocurre días después de que Washington anunciara un bloqueo “completo y total” contra los petroleros que operen con Venezuela. Se trata del segundo buque intervenido en menos de dos semanas, luego de la confiscación del petrolero Skipper. Desde Estados Unidos, la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, ha sostenido que estas acciones buscan frenar el tráfico ilícito de petróleo sancionado que, según Washington, financia actividades criminales en la región.
