El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, intensificó su lucha contra el narcotráfico al anunciar una ofensiva terrestre que, según él, seguirá la misma estrategia que ha aplicado en el mar.
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Trump aseguró que los ataques aéreos de su administración han disminuido en más del 96% el ingreso de drogas ilegales por las rutas marítimas hacia Estados Unidos.
Durante una conferencia en la que también presentó un plan para la construcción de nuevos buques de guerra, el líder estadounidense afirmó que su gobierno llevará ahora al terreno terrestre el modelo de presión aplicado en altamar.
Sin aportar datos técnicos adicionales ni precisar periodos de medición, Trump presentó esa cifra como el principal argumento para justificar la ampliación de la ofensiva.
“El tráfico de drogas por mar se redujo de manera drástica. Ahora iniciaremos el mismo programa por tierra”, declaró, al asegurar que esta nueva etapa será, incluso, “más sencilla de implementar”.
Operaciones en cualquier lugar
El también empresario subrayó que las futuras acciones terrestres se realizarán en “cualquier lugar de donde provengan las drogas”, sin limitarse a un solo país o zona geográfica.
El planteamiento abre la puerta a que Washington busque mayores márgenes de acción en distintos puntos considerados estratégicos en la ruta de las drogas hacia Estados Unidos.
Cuestionado específicamente sobre si estas operaciones estarían dirigidas en primer término contra Venezuela, el presidente respondió que no se trata únicamente de esa nación, sin descartar otros escenarios de intervención en la región.
Hasta el momento, la Casa Blanca no ha detallado qué tipo de acciones en territorio extranjero estarían contempladas, ni bajo qué marcos legales internacionales se llevarían a cabo las operaciones anunciadas por Trump.
Petróleo incautado bajo control americano
En el mismo mensaje, Trump se refirió a las recientes incautaciones de petróleo realizadas en operativos vinculados a sanciones y acciones de seguridad. El mandatario afirmó que el crudo decomisado quedará bajo control de su administración.
“Nos quedaremos con él, quizá lo vendamos o quizá lo conservemos”, dijo, al señalar que ha sostenido conversaciones con grandes empresas petroleras estadounidenses para definir el destino de ese petróleo, aunque no ofreció detalles sobre posibles acuerdos ni sobre el impacto económico de dichas decisiones.
Por ahora, la administración estadounidense no ha presentado un plan público detallado que acompañe las cifras y promesas expuestas por el presidente.
