En el transcurso de la época navideña, entre luces, música y parrandas, muchos médicos siguen trabajando, ya sea en turnos nocturnos, o de guardia, y manteniéndose disponibles fuera del horario laboral regular, lo que para algunos ha significado enfrentarse a situaciones en las que sus vidas han corrido peligro.
El presidente del Colegio de Médicos Cirujanos (CMC), Carlos Díaz Vélez, relató que en un Día de Reyes, hace diez años, salió de emergencia por la noche a atender un infarto en un hospital en Santurce. Por la prisa, el cardiólogo se estacionó frente al centro, en vez del área designado para facultativos.
Antes de entrar, se percató que había dejado su estetoscopio en el auto. De regreso, en cuestión de pasos, detalló, lo emboscaron: en el curso de dos horas, fue secuestrado “a punto de pistola”, amenazado y abandonado, sin carro, en Cataño. Contó que recibió golpes en la cabeza con un arma de fuego e incluso “se le zafó” un tiro al agresor.
“Le hablaba a la persona que me encañonaba que venía a ver un paciente que tenía infarto, que se podía quedar con mi carro y mis cosas”, recordó sobre el asalto en el que solo pensaba en su familia.
Luego del suceso, en un cuartel de policía cercano, en la carretera PR-2, Díaz Vélez logró comunicarse con su esposa, quien se preocupaba porque no regresó a su hogar y, cuando verificó con el hospital, supo que tampoco había llegado al lugar.
En llamada con el hospital en la estación, le confirmaron al galeno que el paciente con paro cardíaco había fallecido.
La Policía después ubicó el auto hurtado en Bayamón y sus pertenencias, en Cataño. A través de las cámaras de seguridad del centro hospitalario, se pudo identificar al asaltante, quien luego fue procesado, y permanece encarcelado desde aquel atentado hace una década.
“Nos exponemos a este tipo de situación indeseable, pero esa es la vida de nosotros, esta responsabilidad”, planteó el doctor. “Deja una huella. En navidades, siempre me da ese recuerdo penoso y que deja una cicatriz”.
Si bien Díaz Vélez, quien labora con otros cinco cardiólogos, reconoció que más pacientes acuden a salas de emergencias durante las festividades porque las oficinas médicas cierran, aseguró que el paciente nunca queda desprovisto del cuidado médico, lo que resuena con la labor que se realiza en el Hospital de Trauma en Centro Médico.
De acuerdo con el director de ese hospital, el doctor Pablo Rodríguez Ortiz, un equipo de cinco a seis cirujanos de trauma y de tres a cuatro en entrenamiento se alternan los turnos durante la semana.
Los médicos residentes trabajan 12 horas, mientras que los cirujanos experimentados y certificados por la Junta de Licenciamiento y Disciplina Médica permanecen las 24 horas del día.
“Yo estoy on call (disponible) todo el tiempo. A cualquier hora del día, los 365 días del año […] Así que, el menos tiempo libre que tengo, soy yo, porque tengo que estar pendiente de cosas administrativas y clínicas. Pero cuando todo se tranquiliza durante el día, entonces también voy a mi casa y comparto con mi familia”, describió.
Una de las cirujanas veteranas es Nydia de Soto Cordero, madre de dos hijas de cuatro y seis años, quien mencionó que, por cubrir otros hospitales, como el Centro Cardiovascular, está en una “guardia eterna”.
Eso requiere estar disponible en el celular en cualquier momento del día, salir en vehículos separados si hay una actividad familiar por si recibe llamada, entre otras implicaciones en su vida personal.
Lo más complicado ha sido explicarle a sus niñas, en especial a la mayor, por qué debe salir para atender un paciente. “Hay días fuertes [que] empieza a llorar en la noche antes de una guardia porque entiende que he estado trabajando mucho o que quisiera estar conmigo”, relató.
A veces, abundó, sus guardias pueden extenderse de 24 a 30 horas por las continuas responsabilidades clínicas, que para estas fechas, son por mayor incidencia de accidentes de tránsito por embriaguez, caídas de adultos mayores e incidentes relacionados a una limpieza anual del hogar, que tienden involucrar máquinas de presión, destape de desagües o mal tiempo por frentes fríos o lluvias.
Para las vacaciones, los días libres son asignados aleatoriamente, no se separan a petición del empleado, para ser “lo más justo posible”, por lo que todo el personal trabaja ciertos días en navidades, pero tienen espacio para cumplir con compromisos familiares.
Mientras, Díaz Vélez también apuntó que, en período de guardia, no se puede alejar por tiempo prolongado ni viajar largas distancias, sino limitarse, en su caso, al área metropolitana para cumplir con los deberes laborales y familiares.
El cardiólogo sostuvo que la misión de su profesión es un sacrificio, una vocación, para sobrellevar el bienestar del paciente y, con el tiempo, la familia se acostumbra a que se ausente en días que cubren guardias, pese a todos los escenarios a los que se exponen durante la época festiva.
Joaquín A. Rosado Lebrón cubre salud para Metro Puerto Rico a través del programa Report for America.
