LARES, Puerto Rico –En las alturas de la Cordillera Central, donde la brisa del viento acaricia los cafetales y el aroma a café recién molido inunda el aire, un grupo de mujeres caficultoras escribe un nuevo capítulo en la historia de la agricultura puertorriqueña.
Con la mirada puesta en el futuro y las manos en la tierra, estas mujeres están transformando la producción de café y empoderándose a través de la creación de una cooperativa.
“Esta es la primera fiesta del Empiezo del Café, celebrada por la Cooperativa de Mujeres Caficultoras de Puerto Rico, que está en formación actualmente”, expresó Jacqueline Pérez, una de las fundadoras de la cooperativa. “Estamos celebrando que se comience precisamente la cosecha del café en Puerto Rico, y también que en conjunto con la organización Para la Naturaleza, vamos a trabajar con el beneficiado de café que está en este espacio. A partir de septiembre, comenzaremos a comprar café en este beneficiado, para beneficiar a todas esas mujeres de la zona y que tengan una paga justa”, destacó Pérez.
La cooperativa, respaldada por organizaciones como Para la Naturaleza y la Fundación Bucarabón, busca garantizar una remuneración justa para las caficultoras, preservar el conocimiento tradicional de este sector agrícola y promover prácticas sostenibles en el cultivo del café. “Queremos que las futuras generaciones puedan seguir disfrutando de este paisaje y de este producto tan especial”, afirmó Pérez.
La histórica Hacienda Margarita reunió a caficultoras de diferentes regiones de la isla. También se le brindó espacio a varios artesanos locales para promover y vender sus productos. Se organizaron talleres educativos sobre la cosecha y el procesamiento del café, degustaciones de diferentes variedades y una visita al beneficiado, enriqueciendo la jornada y brindando a las mujeres las herramientas necesarias para mejorar la calidad de su producción y acceder a nuevos mercados. Además, la presencia de organizaciones como el Servicio de Extensión Agrícola y TechnoServe ofreció a las caficultoras recursos adicionales para mejorar sus prácticas agrícolas.
La expectativa a largo plazo es que con el incremento en el precio del café las mujeres caficultoras mejoren su calidad de vida, que puedan reinvertir en sus fincas y asegurar el futuro del café puertorriqueño como un producto de especialidad en el mercado global.
La celebración también contó con la participación de funcionarios electos, como el alcalde de Maricao, Wilfredo Ruiz, quien destacó la importancia de esta iniciativa para el desarrollo económico de la región. “Para mí significa muchísimo. Aquí se está celebrando el comienzo de la cosecha de café, que en la zona de la montaña comienza a finales de agosto. Ya tenemos granos listos”, afirmó Ruiz.
Por su parte, Carlos Torres Baez, superintendente regional de Para la Naturaleza, resaltó el compromiso de la organización con la conservación de los recursos naturales y el apoyo a las comunidades rurales.
El evento destacó la participación de las diversas mujeres emprendedoras del café como Ada Ramona, de Hacienda Las Malcrías, Angela Massini de Hacienda Massini, las voluntariadas de la misma Fundación Bucarabón, y Elena con Café Bienteveo de Jayuya.
Con este nuevo proyecto, las mujeres caficultoras de Puerto Rico demuestran que en la unión hace la fuerza. Al trabajar en conjunto, transforman el sector cafetalero, al tiempo que se empoderan en la creación de un futuro más próspero para sus comunidades, generan ingresos para sus familias y contribuyen a la preservación del patrimonio cultural y natural de la isla.
Esta es una nueva etapa para el café puertorriqueño, una en la que las mujeres no solo son productoras, sino también líderes y guardianas de la herencia cultural del café en Puerto Rico.
