MEMPHIS, Tennessee, EE.UU. (AP) — Dos técnicos de urgencias médicas se quedaron parados durante minutos, sin prestar ayuda médica a Tyre Nichols, gravemente herido y desplomado en el suelo tras recibir patadas y puñetazos de cinco agentes de policía de Memphis, según el video mostrado el jueves en el juicio de tres de los agentes acusados de la paliza mortal.
El video de las cámaras corporales de los agentes muestra a los paramédicos Robert Long y JaMichael Sandridge de pie y caminando cerca de Nichols mientras éste se sienta y luego rueda sobre su costado izquierdo en el suelo.
Al cabo de unos cinco minutos, los paramédicos se acercan a Nichols. Long dice: “Eh, muchacho. Oye. Di algo”. Nichols no responde.
Los ex agentes Tadarrius Bean, Demetrius Haley y Justin Smith están acusados de actuar con “indiferencia deliberada” mientras Nichols estaba en el suelo, sufriendo por sus heridas. Según el escrito de acusación, los ex agentes desatendieron “deliberadamente” las necesidades médicas de Nichols al no prestarle atención médica y no informar a un despachador de policía y al personal médico de urgencias de que Nichols había sido golpeado repetidamente. También se les acusa de uso excesivo de la fuerza y de manipulación de testigos. Se han declarado inocentes.
El video muestra a los agentes arremolinados y hablando mientras Nichols yacía herido. El abogado defensor de Smith reprodujo el video para demostrar que los bomberos tampoco prestaron ayuda.
Long y Sandridge fueron despedidos por violar las políticas del cuerpo de bomberos en la muerte de Nichols, pero no han sido acusados penalmente.
Los policías eran miembros de la Unidad Escorpión del departamento de policía, que buscaba drogas, armas ilegales y delincuentes violentos. Creada en 2021, fue disuelta tras la muerte de Nichols.
Los fiscales han dicho que los oficiales usaron fuerza innecesaria para castigar a Nichols por huir de ellos después de que lo rociaran con gas pimienta y lo golpearan con una pistola aturdidora durante la parada de tráfico. En su declaración de apertura, la fiscal Elizabeth Rogers se refirió al castigo como un “impuesto por huir”.