Cuando era niño, mis padres me permitieron soñar en grande. Cada lección de mis maestros del Departamento de Educación y cada valor que mis padres me inculcaron, fueron las bases sobre las que construí mi vida.
Para un chamaquito de Vega Alta, que jugaba baloncesto, escuchaba reguetón, y ahora convertido en abogado, la idea de aspirar al cargo más importante de esta isla parecía inalcanzable. Pero el potencial de Puerto Rico no tiene límite, y hoy estoy a días de poder tener el honor de dirigir el destino de Puerto Rico. Mientras me preparo para el 5 de noviembre, no puedo evitar pensar en quienes me han apoyado a lo largo del camino.
El Estado Libre Asociado me ha dado la oportunidad de mostrar que, con esfuerzo, dedicación y trabajo arduo, se puede aspirar a ser un agente de cambio, inclusive desde la gobernación. Mi victoria no será solo mía, será de cada puertorriqueño que ha perseguido sus sueños, a pesar de tener las apuestas en contra. Cuando levante mis manos en señal de triunfo, estaremos levantando las manos juntos. Solo espero que, en ese momento, un niño o niña en algún rincón de nuestra isla se dé el permiso de soñar y diga “si él pudo, yo también puedo”.
Puerto Rico está claro en que quiere un cambio. La pregunta que debemos responder el martes es qué tipo de cambio queremos. No hay que dar un salto al vacío, probando ideas peligrosas y fracasadas, para conseguir los cambios que necesitamos. Tampoco hay que entregarle al país a Jenniffer González, a Johnny Méndez y a Thomas Rivera Schatz. Ese tampoco es el camino.
Te propongo un gobierno honesto, sensible y enfocado en tus necesidades. Vamos a sacar a LUMA, proveer cuidadores a 25 mil familias, otorgar placas o baterías solares a 60 mil hogares, sacar la corrupción y la intervención política de raíz del Departamento de Educación y crear las condiciones para detener el éxodo de médicos. Esa es la agenda concreta de cambio que te propongo.
Estoy listo para demostrar que uno como tú, que ha pasado las mismas que tú, con aciertos y desaciertos como tú, pero con la misma determinación y valentía que tú, puede darle a Puerto Rico un cambio en la dirección correcta. Yo estoy del lado de Puerto Rico. Porque para mí, Puerto Rico siempre va primero. Es por eso que te pido tu voto y tu confianza para ser tu próximo gobernador. Porque JUNTOS, SE PUEDE.