Las muertes por sobredosis de drogas en Estados Unidos parecen haber disminuido un 14% según datos provisionales publicados hoy, miércoles, por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés).
En lo que pareció ser una constante epidemia, se produjeron cerca de 97 mil muertes por sobredosis en un periodo de 12 meses que terminó el 30 de junio. Sin embargo, eso representa una disminución respecto a las 113 mil muertes estimadas en el período anterior.
“Esta es una reversión muy impresionante y rápida de las cifras de mortalidad por sobredosis, parece ser sustancial y sostenido. Creo que hay razones reales para tener esperanza”, dijo Brandon Marshall, investigador de la Universidad de Brown que estudia las tendencias de las sobredosis.
Aunque los datos provisionales habían indicado un ligero descenso en 2023, y el recuento publicado hoy mostró que la tendencia a la baja se ha mantenido, llos índices de muertes por sobredosis comenzaron a aumentar constantemente en la década de 1990 debido a los analgésicos opioides, seguidos por oleadas de muertes provocadas por otros opioides como la heroína y, más recientemente, el fentanilo ilícito.
Las cifras recientes podrían representar la culminación de años de esfuerzos para aumentar la disponibilidad del medicamento naloxona, que revierte las sobredosis, y de tratamientos para la adicción como la buprenorfina, dijo Erin Winstanley, profesora de la Universidad de Pittsburgh que investiga las tendencias de las sobredosis.
De acuerdo con Marshall, es probable que tales esfuerzos estén siendo apoyados con fondos provenientes de acuerdos de demandas relacionadas con opioides, presentadas por gobiernos estatales, locales y de nativos americanos contra fabricantes de medicamentos, mayoristas y farmacias. Estos fondos han comenzado a distribuirse a pequeñas y grandes ciudades de Estados Unidos, y algunos han empezado a emplear el dinero en naloxona y otras medidas.
Algunos expertos se han preguntado sobre los cambios en el suministro de drogas, como, por ejemplo, el sedante Xilacina, que se ha detectado cada vez más en el fentanilo fabricado ilegalmente.