La aerolínea estadounidense, Spirit, anunció este lunes que solicitó protección por bancarrota y trabajará en la reactivación de su negocio, mientras enfrenta los efectos del desplome en los viajes causado por la pandemia y un intento fallido de venta a JetBlue.
Spirit, la mayor aerolínea de bajo costo de Estados Unidos, ha perdido más de 2.500 millones de dólares desde el inicio de 2020 y enfrenta próximos pagos de deuda que suman más de 1.000 millones de dólares en el próximo año.
Spirit dijo que espera operar con normalidad mientras avanza en un proceso de bancarrota del Capítulo 11 preestablecido en el Tribunal de Quiebras de los Estados Unidos para el Distrito Sur de Nueva York y que los clientes pueden continuar reservando y volando sin interrupciones.
Las acciones de Spirit, con sede en Miramar, Florida, cayeron un 25% el viernes, después de que The Wall Street Journal informara que la aerolínea estaba discutiendo los términos de una posible declaración de bancarrota con sus tenedores de bonos.
Fue un nuevo golpe en una serie de complicaciones que hizo caer sus acciones un 97% desde finales de 2018, cuando Spirit aún generaba ganancias.
El presidente y director ejecutivo de Spirit, Ted Christie, confirmó que la aerolínea ha llegado a un acuerdo con sus tenedores de bonos que espera reducir la deuda total de la compañía y proporcionar una mayor flexibilidad financiera.
“Este conjunto de transacciones fortalecerá materialmente nuestro balance y posicionará a Spirit para el futuro mientras continuamos ejecutando nuestras iniciativas estratégicas para transformar la experiencia de nuestros huéspedes, brindando nuevas opciones de viaje mejoradas, mayor valor y mayor flexibilidad”, dijo Christie en un comunicado de prensa.
“Estoy sumamente orgulloso del arduo trabajo y la dedicación del equipo de Spirit, que son clave para nuestro progreso sostenido en el avance de nuestro negocio y la satisfacción de nuestros huéspedes”, agregó.