Thursday, December 12, 2024
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CEE dejó para el fin de semana antes de la elección las pruebas a cientos de máquinas

Del Centro de Periodismo Investigativo

A solo cinco días de que abrieran los colegios de votación, la Comisión Estatal de Elecciones (CEE) tenía cerca de 1,000 máquinas de escrutinio a las que no les habían hecho las pruebas de lógica y precisión pese a que serían utilizadas como reemplazo para las que se dañaran el día de las elecciones generales.

Las pruebas a esas máquinas, que garantizan que estas y el resto del equipo técnico electoral funcionen correctamente y cuenten con exactitud los votos marcados en la papeleta, fueron realizadas por personal de la CEE sin la asistencia de Dominion Voting Systems, empresa que vendió las máquinas de escrutinio y que había apoyado en esta tarea anteriormente, halló una investigación del Centro de Periodismo Investigativo (CPI).

Dominion dijo que un día antes de que las máquinas fueran enviadas a los precintos, la CEE solicitó apoyo a la compañía para hacerles pruebas de lógica y precisión a 1,000 máquinas de escrutinio adicionales. Las primeras máquinas comenzaron a salir para Vieques y Culebra el viernes, 1ro de noviembre. La CEE pidió la asistencia de Dominion, pero la compañía se negó a apoyar a la Comisión “debido al corto periodo de tiempo”, aseguró la empresa en declaraciones escritas al CPI. En total, la CEE tiene 6,073 máquinas de escrutinio electrónico.

“Entendemos que la solicitud adicional era para extendiéramos nuestro apoyo en las pruebas preelectorales de lógica y precisión con el fin de añadir más máquinas de resguardo al inventario disponible, que era aparte y adicionales al número de máquinas citadas en el plan de pruebas presentado en octubre de 2024 para las elecciones generales del 5 de noviembre”, dijo la compañía por escrito al CPI.

Las pruebas buscan comprobar que las máquinas enciendan, sus baterías carguen, lean acertadamente las marcas que hace el elector y que los datos con los resultados se transmitan correctamente.

Una de las denuncias más comunes de los electores y funcionarios de colegio el día de las elecciones fue precisamente que las máquinas se apagaban, no leían las marcas de votación y se atascaban las papeletas, entre otras situaciones. El CPI recibió más de 2,468 denuncias enviadas por electores y funcionarios de colegio mediante un formulario en línea, de las cuales el 51% dijo que las máquinas en su colegio de votación presentaron estos problemas.

En el formulario en línea del CPI, electores dijeron que, además de la poca cantidad de máquinas de escrutinio, muchas se atascaban continuamente, no leían correctamente las marcas de las papeletas, o se apagaban. Un elector de Caguas contó que los funcionarios electorales “le daban con la mano a la máquina y la meneaban para ver si funcionaba”.

En Dorado, un elector tuvo que depositar su papeleta en la urna porque “la máquina estaba dañada y nos dijeron que simplemente tiremos las papeletas directo a la urna de cartón. Se sintió raro tirar mis papeletas en un zafacón, básicamente, con la tapa completamente abierta y podía ver los votos de todo el mundo”, relató.

Este problema también fue uno de los señalamientos de los observadores de la Unión Americana de Libertades Civiles, Capítulo de Puerto Rico (ACLU-PR) y el Colegio de Abogados y Abogadas de Puerto Rico (CAAPR), recogidos en un informe preliminar publicado a días de las elecciones.

Cuando apenas había pasado una hora y media del comienzo de las elecciones generales, la presidenta alterna de la CEE, Jessika Padilla Rivera, tuvo que llamar a personal técnico de apoyo para reparar la máquina de escrutinio de un colegio de votación en la Saint John’s School, en el Condado. Hacía más de una hora que los funcionarios habían solicitado un reemplazo. No se pudo resolver, así que los electores continuaron depositando las papeletas en el compartimiento de emergencia. La principal funcionaria electoral llegó allí junto al grupo de observadores internacionales que miraban cómo se conducían los comicios.

La empresa Dominion no divulgó la cantidad de máquinas que incluía el plan de pruebas que le presentó en octubre la Comisión, pero aseguró que no estaban las 1,000 que la CEE añadió el día antes de que las máquinas debieran salir para los precintos Ni la Comisión ni los comisionados dieron acceso al plan.

Padilla Rivera no respondió si la versión de Dominion es cierta. Tampoco contestó preguntas como: ¿Por qué en el plan original de las elecciones no se incluyeron estas 1,000 máquinas que estaban en la CEE, como dice Dominion? ¿Qué les hizo cambiar el plan para incluir las 1,000 máquinas? ¿Por qué se esperó hasta casi el último día para hacerles las pruebas de lógica y precisión a las 1,000 máquinas? ¿Realmente esas máquinas se usaron como reemplazo?

“Con todo lo que tiene que ver con Dominion, no voy a responder rápido” se limitó a decir la jueza al ser abordada por el CPI en medio del escrutinio general. Padilla Rivera dijo que quería “evaluar la pregunta” para responder “de manera responsable”. Se le solicitaron las declaraciones por escrito, pero tampoco respondió.

El 5 de noviembre, en Saint John’s School, cuando la máquina de escrutinio no funcionaba frente a la prensa que la acompañaba en el recorrido, la Presidenta Alterna aseguró que a las máquinas se les dio mantenimiento y que el 100% habían pasado por la pruebas de lógica y precisión.

“Nada es infalible”, dijo. “Lamentablemente, qué le puedo explicar. Cuando se le hizo la prueba de lógica y precisión estaba funcionado y cuando llega al colegio de votación cualquier situación particular no pudo ser atendida. Hay que ver exactamente qué le está pasando a la máquina y se reemplaza”, despachó la funcionaria.

Versiones distintas

El comisionado electoral de Proyecto Dignidad (PD), Juan M. Frontera Suau, desmintió la versión de Dominion y aseguró que, desde el principio, se sabía que todas las máquinas de escrutinio que tiene la CEE se usarían en las elecciones. Aceptó que los comisionados acordaron dejar para el final hacer las pruebas a las máquinas que se tendrían de resguardo para sustituir las que se dañaran durante el proceso.

“Las pruebas de lógica y precisión estaban bajo Operaciones Electorales y [Edwin] Velázquez [gerente de proyecto de la elección]. Pero en Comisión se discutió el que nos aseguráramos que en primer lugar se le hicieran las pruebas a las máquinas de colegios regulares y luego a las de resguardo. Lo que siempre estuvo claro es que todas tenían que pasar por las pruebas previo a estar disponibles para usarse”, dijo Frontera.

Frontera Suau indicó que durante el fin de semana previo a las elecciones, personal de la CEE hizo las pruebas a 750 máquinas que estaban pendientes y que no fueron 1,000, como sostiene Dominion. El Comisionado dijo que justo la semana antes del día de la elección, el personal de Dominion informó que se retiraba sin haber culminado el proceso de pruebas a todas las máquinas.

“Nosotros tenemos esas máquinas y tenemos unas máquinas de resguardo. Eso siempre se ha hecho desde el 2016 que ellos [Dominion] están aquí. De momento cuando se había cumplido ya con ese itinerario agresivo ellos informan que van a retirar su gente. Cuando faltaba cumplir con las de resguardo”, indicó el comisionado de PD.

Por su parte, Roberto Iván Aponte Berríos, comisionado electoral del Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), dijo que en los últimos días previo a las elecciones Edwin Velázquez, quien ha gerenciado varios proyectos tecnológicos de la CEE, llevó al pleno de la Comisión que había unas “máquinas de resguardo que no se habían podido trabajar y había que trabajarlas”.

Aponte dijo desconocer por qué no se les había hecho las pruebas de lógica y precisión junto al resto de las máquinas ya que lo más lógico era que se hicieran al 100% para tener la mayor cantidad disponible para las elecciones generales.

Dijo que a menos de una semana de las elecciones la administración de la CEE les informó de sobre “700 y pico” de máquinas que faltaban por ser probadas como consecuencia del retraso que había en todo el proceso previo al inicio de las elecciones.

“Desde un principio uno parte de la premisa que las 6,073 van a ser atendidas con un plan para que todas estén a tiempo. Debieron haber estado contenidas en ese plan original. En muchas ocasiones la discusión de las máquinas la ha atendido la Presidenta, no sé si Secretaría u OSIPE, y en esos casos no se les ha advertido o informado a los otros comisionados”, dijo Aponte Berríos.

Para la expresidenta de la CEE, Liza García, el gerente del proyecto de las elecciones y la Oficina de Sistemas de Información y Procesamiento Electrónico (OSIPE) tenían la responsabilidad de asegurarse que las máquinas de resguardo fueran incluidas en el calendario de las pruebas. Velázquez es el gerente del proyecto.

“Un día, dos días antes, no es razonable para nadie porque ellos saben que le va a tomar más de un día probar y verificar 1,000 máquinas para entonces colocarlas en maletín y pasar por el control de calidad. Es evidente que el problema de logística y cumplimiento del calendario ha sido, en extremo, el reto número uno de la CEE. Ha cumplido con muy pocas fechas”, dijo García.

El comisionado electoral alterno del Partido Popular Democrático (PPD) y la comisionada electoral del Movimiento Victoria Ciudadana (MVC) , Gerardo “Toñito” Cruz y Lillian Aponte Dones, respectivamente, atribuyeron los problemas a que las máquinas sobrepasaron su vida útil y que, además, no han tenido un mantenimiento adecuado. El Comisionado del PD coincidió.

El Comisionado electoral del PIP atribuyó las fallas de las máquinas a que no se cargaron a tiempo o perdieron la carga rápidamente.

Las máquinas funcionan al conectarlas a la electricidad. Cuentan con baterías internas que se suponen que duren ocho horas, en caso de interrupción eléctrica; y también habría baterías externas disponibles, dijo Brunilda Narváez Meléndez, subdirectora de Educación y Adiestramiento de la CEE, el 27 de septiembre, durante la demostración sobre el proceso de transmisión de los resultados que hizo la agencia a la prensa.

Ese mismo día, la Presidenta Alterna dijo que se habían sustituido las baterías internas de las máquinas que lo necesitaban y al “100% de las baterías externas”, sin especificar cuántas. Añadió que a las máquinas “cada tres meses se les renueva su batería” como parte de su mantenimiento; y que, en el proceso de lógica y precisión, el funcionamiento de las baterías vuelve a verificarse.

“En enero hay que abrir el proceso a subasta a toda firma que quiera participar para ver la mejor tecnología para que la CEE alquile nuevas máquinas a corto plazo para evitar que el equipo se vuelva obsoleto. Las máquinas han rendido lo que podían rendir. Hay que sustituirlas”, opinó el comisionado electoral del PIP.

Las pruebas de lógica y precisión comenzaron tarde

Las pruebas de lógica y precisión a las máquinas de escrutinio debieron iniciar el primero de octubre, pero no fue hasta el 20 de ese mes que comenzaron. El retraso, según Dominion, se debió a que la CEE demoró en entregar a la compañía el archivo con los datos que se configuran en las máquinas y que permiten interpretar las marcas en las papeletas, tabularlas y divulgar los resultados; es decir, la información que le dice a la máquina cómo se van a leer, contar y adjudicar los votos por papeleta.

El director de la OSIPE en la CEE, Eduardo Nieves Cartagena, explicó al CPI que el 11 de octubre la CEE entregó el archivo de datos para la configuración, pero que el proceso se retrasó más porque Dominion cometió errores en la configuración de la adjudicación del voto a los legisladores municipales en la papeleta municipal.

En el conteo del voto a domicilio y en las votaciones en las cárceles, que fueron previos al 5 de noviembre, las máquinas tuvieron problemas precisamente en interpretar las marcas, por lo que la CEE tuvo que recomendar al elector ennegrecer todo el encasillado en lugar de hacer una “X”. Aun así, una queja frecuente de electores y funcionarios el día de las elecciones fue que las máquinas no leían algunas marcas y había que intentar el proceso varias veces. Por otro lado, hubo decenas de colegios en los que los funcionarios de los partidos no pudieron transmitir los resultados y tuvieron que ir a hacer esta gestión desde las Juntas de Inscripción Permanente.

Dominion tuvo que actualizar la configuración y reiniciar las pruebas a todas las máquinas el 24 de octubre. Para subsanar el error, trajo personal extra, dijo la empresa en declaraciones escritas al CPI. También trajeron más máquinas, según dijeron los comisionados electorales y Nieves Cartagena.

Frontera Suau opinó que “el proceso con Dominion fue atropelladísimo”.

“Hubo varios errores. El primero fue con la papeleta presidencial que atrasó como una semana, luego la configuración de la papeleta municipal y luego hubo otro problema con la configuración de la transmisión que no se había hecho correctamente. Hubo tres atrasos”, señaló el comisionado electoral de PD, y responsabilizó a Dominion.

Para poder hacer esa configuración, que es parte de un proceso de “seguridad electoral”, Dominion necesita que la CEE le dé la información final sobre la cantidad y tipo de papeletas, total de electores hábiles para votar, cantidad de actas, y total de colegios de votación, entre otros. Esto implica esperar al cierre del Registro Electoral.

La entrega de ese archivo a Dominion se retrasó debido a los días adicionales que se les dieron a los electores cuyas transacciones estaban pendientes por problemas del Registro Electrónico. El último día para hacer transacciones e inscripciones fue el 21 de septiembre, pero el Registro Electoral cerró finalmente  el 5 de octubre.

“Hay unas cosas que son obvias y que tengo hace meses, pero [era necesario] el cierre de Registro. Yo necesitaba saber exactamente cuántos colegios iba a tener en todo Puerto Rico para cerrar el proyecto. No sé los colegios que necesito hasta que tengo los electores hábiles y no tengo los electores hábiles hasta que no cierro el Registro”, dijo al CPI Velázquez, gerente del proyecto.

“En 2016 [cuando las máquinas se estrenaron] no tuvimos problemas. Dominion estaba en la mejor disposición de cooperar. En esta [elección] no sé qué le pasó. No sé si estaban molestos porque no le dimos una reunión, porque entendimos que no era prudente hablar de un contrato. No vi disposición de Dominion para mitigar las situaciones que ellos crearon porque fueron ellos, no fue la CEE”, indicó el comisionado electoral del Partido Nuevo Progresista (PNP), Aníbal Vega Borges.

Se repiten los problemas con las máquinas de escrutinio

Los 31 voluntarios de la ACLU y del Colegio de Abogados y Abogadas, desplegados en 40 unidades electorales de 12 municipios, pudieron observar máquinas cuya batería no tenía suficiente carga. En otras, las máquinas devolvían la papeleta, las papeletas se quedaban atascadas, contaban las papeletas dos veces, no aceptaban las papeletas o no adjudicaban el voto.

“En los casos en los que se observó el mal funcionamiento de máquinas de escrutinio, se pudo corroborar que no había máquinas de reemplazo disponibles en los centros de votación. En estos casos, el procedimiento seguido era notificar a la CEE sobre la máquina deficiente y solicitar un reemplazo. En un caso observado, la máquina de reemplazo llegó a las 4:16 p.m., a menos de una hora del cierre de la unidad electoral. En otro caso, hubo que pedir una tercera máquina de reemplazo, porque las primeras dos máquinas estaban defectuosas”, lee parte del informe preliminar de los observadores electorales de la ACLU y el CAAPR.

Como en muchos centros de votación, la Escuela Secundaria de la Universidad de Puerto Rico (UHS) fue vivo ejemplo de las largas filas que duraron horas para que los electores pudieran votar. Allí algunas máquinas de escrutinio se apagaban y los funcionarios electorales tenían que prenderlas y esperar para reanudar su uso, pudo constatar el CPI.

En Arecibo, en la Escuela María Cadilla de Martínez ubicada en el barrio Hato Arriba y en la Escuela Luis A. Ferré Aguayo en la Segunda Unidad del barrio Sábana Hoyos, algunas máquinas no funcionaron o tuvieron problemas. En la primera, fueron dos máquinas las dañadas y una pudo ser arreglada por los funcionarios de colegio. En la segunda escuela, una máquina se dañó y tuvo que ir un técnico.

Las máquinas presentaron problemas antes del 5 de noviembre

Las máquinas de escrutinio dieron problemas en las primarias del PNP y el PPD en junio pasado. Durante el evento, tardaban en leer las papeletas, las masticaban o las rechazaban en más de una ocasión, según pudo observar el CPI en varios colegios. Además, un error en la programación provocó discrepancias en la transmisión de los resultados. Dominion asumió la responsabilidad del error.

En aquel momento, la entonces comisionada del PNP, Vanessa Santo Domingo, y su homóloga del PPD, Karla Angleró, plantearon que la lentitud y fallo de las máquinas podían ser consecuencia de que hubiese expirado la vida útil del equipo que se estrenó en 2016. En 2024, las máquinas pasaron a ser propiedad de la CEE. Angleró también adujo que estas tampoco habrían recibido el mantenimiento adecuado.

Los contratiempos con las máquinas en las primarias provocaron que los comisionados electorales evaluaran sustituir a Dominion por otra compañía para las elecciones generales. Por lo cercano del evento, optaron por mantener el contrato con la empresa y extenderlo hasta diciembre de 2024.

Estos problemas con las máquinas se repitieron antes de que se abrieran los colegios el 5 de noviembre. El fin de semana anterior, cuando en las comisiones electorales locales comenzaron a contar el voto a domicilio, las máquinas comenzaron a fallar rechazando las papeletas, aunque estaban bien marcadas. Un funcionario de la CEE que solicitó permanecer bajo anonimato dijo al CPI que en su colegio de 1,040 papeletas, las máquinas rechazaron 235.

Dijo que el domingo 3 de noviembre, reanudaron el conteo de voto a domicilio a eso de las 7:00 am, pero cerca de las 11:00 am recibieron una nueva instrucción de la CEE que debían comenzar a contar todo desde cero. Las papeletas que las máquinas no leyeran por tener marcas indeterminadas debían echarse en un sobre. “Todo el trabajo del sábado se perdió”, relató.

El CPI confirmó con dos funcionarios en Arecibo que cuando las máquinas no leían las marcas que hicieron los electores en el voto a domicilio optaron por ennegrecer ellos mismos los cuadrantes en las comisiones locales, “para que la máquina pudieran reconocerlas”.

La cantidad de errores en la tabulación del voto a domicilio provocó que los comisionados electorales decidieran el pasado 21 de noviembre comenzar “en cero” la contabilización de estas papeletas luego de nueve días de haber iniciado el Escrutinio General.

Peores estas elecciones que las de 2020

Los desperfectos en las máquinas de escrutinio no fueron la única queja repetida por los electores en el formulario que lanzó el CPI para recoger sus experiencias.

Las largas filas fueron una queja recurrente. Particularmente, los electores mostraban asombro y molestia porque se organizó una sola fila para entrar a la escuela o edificio de votación, solo para que les dijeran en qué salón votaban. Una gestión innecesaria si se les hubiese orientado de que podían buscar la información de su colegio o salón desde sus teléfonos celulares al acceder a Consulta del Elector, o buscar el salón con el cartel correspondiente las letras de sus apellidos.

“En la escuela no había orden ni tampoco asesoría. Todo el mundo estaba haciendo una sola fila para todos los colegios. Me cansé de esperar y fui directo al salón”, relató un elector de San Juan, quien demoró entre una a dos horas desde que llegó a su unidad electoral hasta emitir su voto. De modo similar se expresó otra electora, quien tardó casi cuatro horas en su centro de votación: “Fue sumamente tedioso tener que hacer dos filas. Antes, en la entrada te orientaban individualmente y te dirigían rápido al colegio que te tocaba. Esto dilató los procesos”.

La manera en que se organizó la entrada de los votantes, sumado a las cinco papeletas que se incluyeron en esta elección, y las fallas en las máquinas contribuyeron a las largas filas de los comicios.

Un análisis del tiempo de votación por grupos de edad refleja que los más jóvenes — 18 a 44 años de edad —, tardaron menos de una hora en votar al tiempo que las personas de 55 años en adelante, aunque representan una menor proporción de los participantes del sondeo, esperaron más de cuatro horas en votar.

Juntos y revueltos los colegios de fácil acceso y añadidos a mano

Los colegios de fácil acceso tienen el propósito de garantizar la emisión del voto a los electores con impedimentos físicos, limitaciones o barreras que afecten su movilidad, mientras que los colegios especiales de añadidos a mano son aquellos que se establecen para los votantes que no fueron incluidos en las listas de electores y reclaman tener derecho al voto. En varias unidades electorales, ambos tipos de colegio fueron asignados al mismo salón, el número uno.

“Entiendo que eso fue un acuerdo entre los comisionados [electorales], y por eso se atendió en el colegio uno el proceso de añadidos a mano y fácil acceso. Fui coordinador [de unidad electoral] y en nuestra escuela hicimos las gestiones para darles prioridad a las personas que necesitaban fácil acceso o que tenían problemas de movilidad”, explicó el abogado y coordinador de unidad en University Gardens por el PIP para estas elecciones, José Torres Valentín, quien recordó que en elecciones anteriores estos colegios se mantuvieron separados.

La votante Natalia Santiago opinó que unir estos colegios significó una violación a los derechos de las personas con diversidad funcional ya que “deben tener su salón de acceso rápido listo, accesible y con máquina. Cuando pregunté en la mesa de coordinadores me dijeron que los formularios para personas con diversidad se habían acabado cuando eran las 11:00 a.m. Además, se supone que las personas de diversidad funcional y su acompañante puedan votar juntos. Era la acompañante de mi padre y no me dejaron votar”.

El formulario al que se refiere la electora es una tarjeta con un código de acceso que les proveen los funcionarios electorales en la mesa a quienes solicitan votar en el Colegio de Fácil Acceso.

La unión de estos colegios provocó más tiempo de espera en la fila, a tal punto que desmotivó a una electora en San Juan, quien se fue sin ejercer su derecho al voto. “No tengo discapacidad, pero tengo 62 años y ya estaba cansada, sabía que no iba a aguantar tres horas más [haciendo fila]. Cuando mi esposo salió me fui sin votar por primera vez en mi vida. Aparentemente el retraso en ese colegio se debió a que las personas que no podían subir escaleras las asignaron al colegio”, informó Teresa Acosta, una electora que fue a tratar de ejercer su voto en la Escuela Elemental El Señorial, en una encuesta realizada por la plataforma Roam Puerto Rico a un centenar de personas y compartida con el CPI.

Para algunos trabajadores dos horas no dan para votar

Si bien es cierto que solo el 17.5% de los participantes del sondeo indicaron que trabajaron el día de las elecciones, la mayoría (16.6%) coincidió en que dos horas pagas para emitir su voto no son suficientes. Algunos grupos se organizaron para que todos los empleados pudieran votar sin afectar las horas de trabajo. “Entre los compañeros de trabajo tuvimos que organizarnos para poder salir a votar”, contó un elector de Gurabo que trabaja en el área metropolitana.

Para otros empleados “fue un día súper estresante, luego de las filas y tener la presión de tu patrono”, compartió un elector de Cabo Rojo. “Trabajo en la empresa privada. Mi patrono nos envió un email diciendo que era un día de trabajo normal y que si querías votar lo hicieras por voto adelantado. Este email lo enviaron justo cuando el periodo para solicitar iba a terminar, por lo que no tuvimos tiempo o la paginación de la CEE daba error. Luego nos dijeron que teníamos las dos horas pagas, pero que teníamos que cumplir con el turno, aunque te tardaras más. Sé de empleados que no votaron por miedo a represalias”, detalló.

Escuelas cerradas como centros de votación

Hace seis años cerraron las escuelas Rexford Guy Tugwell en Cayey y Rosa Bernard en Río Grande. Pese al tiempo transcurrido desde su cierre y las pobres condiciones que tienen sus estructuras, estas escuelas sirvieron como centros de votación tanto en 2020 como este año.

Según contó mediante el formulario en línea Keila Fontánez Fontánez, en la Escuela Rexford Guy Tugwell “metieron tres colegios [electorales]” en un solo salón, lo que provocó “un apiñamiento increíble y sin espacio de espera digno para una comunidad mayormente anciana. Solo teníamos una mini carpa para resguardar una docena [de personas], si caía el aguacero”. La Escuela Rexford Guy Tugwell es la unidad electoral 13 del precinto 77 con 990 votantes registrados, de los cuales 553 votaron en estas elecciones.

En el caso de Río Grande, una electora se quejó porque en el salón donde votó “estaba al lado de un charco de agua, pues también estaba lloviendo, sin mencionar que era uno de los dos salones con más volumen de votantes”. La Escuela Rosa Bernard es la unidad 12 del precinto 102 con 3,554 electores registrados, de los cuales 1,697 ejercieron su derecho al voto el pasado 5 de noviembre. El plantel, que es una escuela cerrada, consta de seis edificios. Semanas después de la elección, dos de los edificios abandonados aún están identificados con carteles de la CEE

La periodista Vanessa Colón Almenas colaboró en este reportaje.



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