Más de un pie de lluvia en áreas del norte de California provocaron inundaciones récord, mientras que un incendio obligó a evacuar comunidades en el condado de Los Ángeles. En San Francisco, los meteorólogos emitieron la primera alerta de tornado, y en Santa Cruz, el fuerte oleaje derribó parte de un muelle.
Este clima extremo, que afectó a California en las últimas semanas, pone en evidencia la marcada vulnerabilidad del estado ante grandes desastres meteorológicos.
Las fuertes tormentas del martes produjeron olas que, según los meteorólogos, podrían alcanzar los 10,7 metros (35 pies) en Santa Cruz. El Servicio Meteorológico Nacional emitió una alerta de oleaje alto vigente hasta el anochecer, e instó a las personas a mantenerse fuera del océano y alejadas de los muelles.
Para Chandler Price, meteorólogo del Servicio Meteorológico Nacional en San Diego, estos eventos climáticos extremos son tanto típicos como inusuales para un invierno con La Niña, un ciclo climático natural que puede causar clima extremo en todo el planeta. En California, eso significa una región norte más húmeda de lo promedio y un sur más seco.
“Hasta ahora hemos visto que ese patrón se desarrolla bastante bien”, dijo, pero agregó que “el tornado en el Área de la Bahía fue atípico… No hemos visto eso antes, al menos no durante mucho tiempo”.
Una tormenta y ráfagas de viento de hasta 96 km/h (60 mph) provocaron la alerta de tornado en San Francisco que se extendió al vecino condado de San Mateo y que cubrió un área con cerca de 1 millón de habitantes a mediados de mes. El tornado volcó autos y derribó árboles y postes de servicios públicos cerca de un centro comercial en Scotts Valley, a unas 70 millas al sur de San Francisco, y dejó varios heridos. Los tornados no son raros en California, pero no es común que se registren en áreas pobladas.
En San Francisco, meteorólogos locales dijeron que vientos en línea recta, no un tornado, derribaron árboles sobre autos y calles y dañaron techos.
La tormenta también dejó una cantidad significativa de nieve en el norte de la Sierra Nevada.
F. Martin Ralph, director del Centro para Extremos Climáticos e Hídricos del Oeste, dijo que el cambio climático implica que los ríos atmosféricos —largos tramos de aire húmedo que pueden producir lluvias intensas— serán responsables de una mayor parte de la precipitación anual de California, y que los periodos entre esos grandes eventos serán más secos. Estas tormentas son esenciales para el suministro de agua, pero pueden ser peligrosas.
“Cuando son demasiado fuertes y demasiadas seguidas, terminamos teniendo inundaciones”, indicó.
Durante las tormentas de esta semana alrededor de Santa Cruz, un hombre quedó atrapado bajo escombros y murió, mientras que otra persona fue arrastrada al océano. El oleaje también partió el extremo de un muelle municipal de Santa Cruz que estaba en construcción, lanzando a tres personas al océano. Una nadó hasta la orilla y las otras dos fueron rescatadas.
Se esperan una serie de ríos atmosféricos durante el resto de la semana. En general, este patrón no es inusual: estas tormentas producen regularmente vientos fuertes, nieve pesada en las montañas y lluvia torrencial en esta época del año.
“Lo que es un poco singular de esta configuración es lo cercanos que están entre sí, por lo que no hay mucho descanso entre ellos”, comentó David Lawrence, meteorólogo y especialista en respuesta a emergencias del Servicio Meteorológico Nacional.
Fuertes tormentas también golpearon el estado antes del Día de Acción de Gracias, dejando más de 32 centímetros (1 pie) de lluvia en Santa Rosa durante tres días, según meteorólogos federales.
Pero estas tormentas no se han extendido muy al sur, lo que ha dejado un clima seco en el sur de California que aumenta el riesgo de incendios.
Uno de los incendios más recientes del estado, el incendio Franklin, hizo que se emitieran órdenes y alertas de evacuación para unas 20.000 personas, y obligó a los estudiantes de la Universidad de Pepperdine a refugiarse en el lugar. El incendio fue alimentado por los vientos de Santa Ana, los notorios vientos estacionales que soplan aire seco desde el interior hacia la costa, rechazando las brisas húmedas del océano.
La mayor parte de la destrucción ocurrió en Malibú, una comunidad en la esquina oeste de Los Ángeles conocida por sus hermosos acantilados y la famosa playa de Zuma en Hollywood. El incendio dañó o destruyó 48 estructuras y es uno de los casi 8.000 incendios forestales que han quemado más de 400.000 hectáreas (1 millón de acres) en el estado este año.
Los vientos de Santa Ana, que alcanzan su punto máximo en diciembre, también han contribuido a temperaturas más cálidas de lo normal en partes del estado, dijo Price, del Servicio Meteorológico Nacional.
“Navidades de 80 grados (Fahrenheit, o 26,7 °Celsius) no son del todo inusuales por aquí”, señaló, pero “hubo un par de récords de alta temperatura en las montañas, que generalmente están menos afectadas por los vientos de Santa Ana, y eso fue un poco inusual”.