El protocolo para el tratamiento a personas con trastorno relacionado al consumo de opioides solo son dirigidos a la población general, por lo que ameritan revisiones especializadas a poblaciones vulnerables, como la pediátrica, personas gestantes y adultos mayores, reconoció el investigador principal y asesor del Programa de Opioides y Sustancias, adscrito a la Oficina de Planificación y Desarrollo del Departamento de Salud (DS), Eduardo Zavala Mendoza.
El también catedrático y doctor en Trabajo Social abundó que, desde el Programa, hicieron un estudio sobre consumo de opioides en personas gestantes y quedaron “sorprendidos” de los hallazgos en ese período.
“Los protocolos deben ser adaptados a una clínica especializada o un hospital o sala donde se reciben muchas personas gestantes”, abordó en un aparte con Metro Puerto Rico, luego de una presentación de guías de atención para otras enfermedades infecciosas, como sarampión, dengue e influenza.
Sobre las demás poblaciones vulnerables, como niños y adultos mayores, reflexionó: “Debemos de generar líneas especializadas en esas poblaciones porque también los cuadros clínicos y las sustancias van variando en el tiempo, así que sería bueno como proceso de aprendizaje”.
Aseguró que el protocolo, que esboza la administración del medicamento buprenorfina por fases de evaluación, inicio de tratamiento y continuidad, es revisado y aprobado por el DS cada dos años. Puesto que el procedimiento actual es de agosto del 2023, pronto se efectuará esa evaluación y, en esas reuniones con otras organizaciones involucradas, se espera abordar la especialización de poblaciones.
La propuesta surge tras el incidente de una bebé de nueve meses atendida en el Hospital Menonita de Ponce por una sobredosis a causa de intoxicación de drogas.
Guía para la elaboración o actualización de protocolos para tratamiento a personas con trastorno relacionad… by joaquin.rosado97 on Scribd
Cómo funciona el sistema de vigilancia
Zavala Mendoza explicó que, a través de un sistema de vigilancia al que están conectados gran parte de las instituciones de salud mediante el BioPortal del DS — todos los centros deben estar incluidos para abril, anticipó — alertan sobre casos de sobredosis por opioides y fentanilo.
Primero, el Programa verifica que la institución que reportó el caso esté actualizado con sus protocolos y esté abastecido con los medicamentos naloxona, usada para restaurar la respiración durante sobredosis, y buprenorfina, que atiende dolencias relacionadas al incidente. El hospital, entonces, envía la información del caso y, luego, comienza el proceso de manejo de casos.
Otra intervención, amplió, es que exploran las necesidades de la institución, ya sea educación para sus profesionales, abastecimiento de naloxona y buprenorfina o hasta delegarles un profesional que conozca cómo administrar la medicina por si el centro no tiene personal adiestrado.
Pueden haber algunas organizaciones que, por economizar, no incurren en el gasto de los medicamentos, dijo, por lo que el Programa de Opioides y Sustancias les presenta alternativas para accederlas.
“Hay un acercamiento para saber si está dispuesto a ofrecer buprenorfina, porque el personal tiene que estar capacitado para manejarla. Buprenorfina no es tan usado, pero es muy accesible, más que la metadona y ayuda mucho más, en el sentido de que ayuda aliviar los síntomas”, aclaró.
“Todo depende de la necesidad que tenga el hospital. Si hay fondos para eso, deben estar donde deben estar. En términos administrativos, tratamos de constreñir lo más que podamos para que un 90 % de los fondos que tenemos vaya a las comunidades, organizaciones”, planteó.
Visitas a instituciones de salud
Desde febrero hasta mayo, el Programa de Opioides y Sustancias visitará instituciones de salud, como hospitales, salas de emergencias y centros de diagnóstico (CDT) y tratamiento, para repasar y evaluar la implementación de protocolos clínicos y órdenes administrativas e identificar necesidades o apoyo que necesiten de la dependencia estatal.
Una carta emitida a los hospitales y CDT, el 25 de febrero, por el secretario designado del DS, Víctor Ramos Otero, establece lo siguiente: “Será requerido que todo personal encargado del fiel cumplimiento de las disposiciones mencionadas anteriormente, o su representante, se encuentre disponible al momento de la visita para constatar los procesos o mostrar evidencia, según aplique”.
En esas evaluaciones, los oficiales verificarán el cumplimiento con las órdenes 577, 597 y 601, que disponen la implementación de protocolos, la actualización del listado de enfermedades y un plan de acción interagencial de sustancias psicoactivas, respectivamente.
Además, servirán de espacio para dialogar directamente con las instituciones y conocer de qué manera el DS puede apoyarles en sus funciones para tratar la crisis de opioides.
Joaquín A. Rosado Lebrón cubre salud para Metro Puerto Rico a través del programa Report for America.