La Justicia británica ha rechazado por segunda vez la petición del príncipe Enrique de revertir la política adoptada por el Gobierno sobre su custodia policial, mermada después de que el hijo pequeño del rey Carlos III decidiese distanciarse de la familia real y vivir en Estados Unidos.
El pulso se remonta a febrero 2020, cuando la comisión que supervisa la vigilancia de personalidades públicas en Reino Unido (Ravec, por sus siglas en inglés) rebajó el estatus del príncipe y acordó que la vigilancia no sería siempre la misma, sino que dependería de una revisión caso por caso.
Un tribunal ya se había pronunciado a favor del Ministerio del Interior, pero Enrique apeló y ahora el juez Geoffrey Vos ha determinado que, pese a que el demandante ha puesto sobre la pesa argumentos “poderosos” en relación al trato recibido, no existe base legal que sustente una marcha atrás forzada del Gobierno.
“No podría decir que el sentimiento de agravio percibido por el duque pueda traducirse en argumentos legales”, ha esgrimido el juez Voz, según la radiotelevisión pública BBC.
Al príncipe, ausente de la lectura de la sentencia este viernes, ya sólo le quedaría llevar su caso al Tribunal Supremo, mientras que por parte del Ministerio del Interior, responsable del Ravec, la postura sobre el duque de Sussex se ha mantenido invariable independientemente del cambio de partido en el poder.
“Me gustaría reconciliarme”
El príncipe Enrique se ha confesado “decepcionado” tras la sentencia, en una entrevista con la BBC en la que ha acusado a la Casa Real de influir en la decisión del Gobierno de rebajarle la seguridad. Fue “una treta a la antigua usanza por parte de la clase dirigente”, según sus propias palabras.
Todo este proceso le ha despertado sus “peores miedos” y, según Enrique, lleva a que por ahora no se plantee abandonar Estados Unidos y regresar a Reino Unido. “No veo un mundo en el que vaya a traer a mi mujer y mis hijos de vuelta en este momento”, ha dicho.
El príncipe ha asumido además que su padre no hablará con él debido a toda esta polémica, aunque ha tendido públicamente la mano a su familia alegando que no quiere seguir luchando y que desconoce cuánto tiempo de vida le puede quedar a su padre. De hecho, ha llegado a decir que le gustaría alcanzar la “reconciliación”.
“Ha habido muchos desencuentros con gente de mi familia”, ha añadido el duque de Sussex, que ha dicho “perdonar” estos supuestos agravios sin aludir directamente a ningún pariente.