(Washington) — Legisladores republicanos en el Congreso de Estados Unidos aprobaron su paquete de recortes fiscales de varios billones de dólares. El presidente de la Cámara, Mike Johnson, desafió a los escépticos y unificó sus filas para impulsar el proyecto de ley prioritario del presidente Donald Trump hacia su aprobación el jueves.
Con concesiones de última hora y advertencias contundentes de Trump, AP reportó que los disidentes republicanos abandonaron en gran medida su oposición para salvar el “Gran hermoso proyecto de ley” que es central para la agenda del Partido Republicano. La Cámara inició el debate antes de la medianoche y al amanecer se realizó la votación, 215-214, con los demócratas firmemente en contra. Ahora pasa al Senado.
“Para decirlo de forma sencilla, este proyecto de ley hace que los estadounidenses vuelvan a ganar”, dijo Johnson, republicano de Luisiana, justo antes de la votación.
El plan, revelado por los republicanos de la Cámara de Representantes, no solo incluye la extensión de los recortes individuales establecidos en la ley de 2017 —que están programados para expirar en 2025— sino también nuevas disposiciones para reducir impuestos a las empresas y fomentar la inversión. Además, propone ampliar el crédito tributario por hijos y aplicar ciertos beneficios fiscales a los negocios pequeños.
El presidente del Comité de Medios y Arbitrios, Jason Smith (republicano por Missouri), afirmó que el objetivo es “hacer permanentes los beneficios fiscales que han ayudado a las familias trabajadoras y a los emprendedores a prosperar”. Sin embargo, los demócratas han reaccionado con escepticismo, argumentando que la propuesta favorecería de forma desproporcionada a los más ricos y aumentaría significativamente el déficit federal.
El análisis del Centro de Política Fiscal (Tax Policy Center) estima que extender la totalidad de los recortes de 2017 elevaría el déficit en al menos $4.6 billones en los próximos 10 años.
El resultado culmina un periodo intenso en el Capitolio, con días de negociaciones privadas y audiencias públicas en comités, muchas ocurriendo una tras otra, las 24 horas del día. Los republicanos insistieron en que su extenso paquete de más de 1.000 páginas era aquello para lo que los votantes los enviaron al Congreso, y a Trump a la Casa Blanca. Creen que será “combustible para cohetes”, como dijo uno durante el debate, para la inestable economía estadounidense.