El expresidente Donald Trump lanzó duras críticas contra miembros de su propio movimiento MAGA que cuestionan la transparencia de la investigación federal sobre el fallecido financiero Jeffrey Epstein. En un mensaje en Truth Social, Trump desestimó las demandas de mayor transparencia como parte de una “estafa” promovida por la izquierda y calificó de “débiles” e “idiotas” a sus simpatizantes que insisten en el tema.
“El nuevo fraude se llama el ‘Epstein Hoax’. No quiero su apoyo si creen en eso. No necesitamos a los débiles, solo a los fuertes y listos”, escribió el exmandatario, rechazando frontalmente los reclamos para que se publiquen los documentos relacionados con la red de tráfico sexual que lideró Epstein. “Es un desperdicio de tiempo total y completo”, añadió.
Las declaraciones agitaron el núcleo de su base conservadora, donde figuras destacadas como Lara Trump, nuera del expresidente, y el presidente de la Cámara de Representantes, Mike Johnson, han exigido que el gobierno divulgue los archivos clasificados. “Si no hay nada que esconder, deben demostrarlo al pueblo estadounidense”, sostuvo Johnson esta semana.
Trump, sin embargo, restó importancia al asunto en declaraciones a la prensa el martes, calificándolo de “sórdido, pero aburrido”. Aunque dijo que su fiscal general, Pam Bondi, debería revelar cualquier hallazgo “creíble”, insistió en que el caso no amerita mayor atención pública.
Bondi ha defendido los informes del Departamento de Justicia y el FBI que concluyeron que Epstein se suicidó en prisión en 2019 y que no existe una “lista de clientes” como muchos seguidores de Trump aseguran. No obstante, el hermetismo de la investigación ha alimentado el escepticismo dentro del movimiento MAGA, que acusa al propio gobierno de Trump de encubrir detalles clave.
La reacción del expresidente, al tachar de traidores o ingenuos a sus críticos internos, marca una ruptura poco común con la base que lo ha respaldado incondicionalmente. Para muchos, el caso Epstein representa una prueba de fuego para la narrativa trumpista de combatir a las élites corruptas. Su negativa a impulsar la transparencia amenaza con erosionar ese discurso desde adentro.