El mundo del boxeo se vistió de luto tras confirmarse la muerte del británico Ricky Hatton a los 46 años.
Según informó la cadena CNN, la Policía de Greater Manchester detalló que agentes acudieron la mañana del domingo a una residencia en Hyde, Tameside, donde hallaron el cuerpo de un hombre de 46 años, sin que existieran circunstancias sospechosas alrededor de su fallecimiento. La identidad, aunque no fue confirmada por las autoridades, fue reportada por medios británicos como la del exboxeador y múltiple campeón mundial.
Una carrera brillante en los cuadriláteros
Apodado “The Hitman”, Hatton fue uno de los pugilistas más carismáticos y exitosos del Reino Unido. La BBC recordó que logró mantener un récord invicto de 43-0 hasta su primera derrota ante Floyd Mayweather Jr. en 2007. Entre sus combates más recordados también están la victoria sobre Kostya Tszyu y la derrota frente a Manny Pacquiao, peleas que lo consolidaron como uno de los referentes de su generación.
De acuerdo con Sky Sports, Hatton fue mucho más que un campeón mundial en dos divisiones: se convirtió en un ídolo popular capaz de movilizar multitudes, llenar arenas en Manchester y trasladar a miles de fanáticos británicos a Las Vegas. Su estilo ofensivo y la cercanía con su público lo transformaron en símbolo del boxeo británico.
El portal especializado Boxing News and Views contextualizó que Hatton no llegó a pelear oficialmente contra figuras puertorriqueñas, pese a compartir época con campeones como Cotto y Félix “Tito” Trinidad.
Tras su retiro en 2012 con un récord de 45 victorias y tres derrotas, Hatton habló abiertamente de sus luchas con la depresión, el alcohol y las drogas. Aun así, seguía vinculado al boxeo como entrenador y promotor. ESPN reportó que, de hecho, estaba programado para regresar al cuadrilátero en diciembre de 2025 en una pelea de exhibición en Dubái frente a Eisa Al Dah.
Tributos desde el mundo del deporte
La noticia generó numerosas reacciones. Amir Khan, excampeón mundial británico, escribió en X que Hatton fue “amigo, mentor y guerrero” y agradeció “sus peleas, sus momentos de gloria y su valentía”. Matchroom Boxing lo describió como “uno de los campeones más grandes en la historia del boxeo británico”, mientras fanáticos compartían imágenes icónicas de su entrada al ring al ritmo de Oasis, emblema cultural de Manchester.