A lo largo del Siglo XX, la mirada de Estados Unidos estuvo puesta en América Latina, donde aplicó un intervencionismo explícito a lo largo del continente.
La gran potencia mundial actuó como si los países al sur de su frontera fueran su patio trasero, invadiendo territorios, organizando golpes de Estado, apoyando a dictadores militares e imponiendo su hegemonía sobre la región.
En ese sentido, desde hace poco más de un mes, Estados Unidos y Venezuela viven una confrontación directa que, más allá de las palabras, ha involucrado el despliegue de buques estadounidenses con miles de soldados en el Mar Caribe, y un ataque de Washington que mató, según afirma la Casa Blanca, a “11 terroristas” de la banda de crimen transnacional conocida como ‘Tren de Aragua’, fundada en suelo venezolano.
En esta confrontación, ambas partes han desplegado efectivos militares en aguas caribeñas y se han acusado mutuamente con dureza. Por un lado, Washington afirma que su objetivo es combatir el narcotráfico. Por su parte, Caracas denuncia “la mayor amenaza continental en un siglo” para su territorio.
Si bien las cosas parecen estar relativamente tranquilas, todo podría cambiar de un momento a otro, como sucede con este tipo de confrontaciones entre naciones.
LAS CLAVES
Algunos de los sucesos recientes que valen la pena destacar en torno a las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y Venezuela son:
• 14 de agosto: Estados Unidos ordena despliegue militar en el sur del Mar Caribe.
• 19 de agosto: Al menos 4.000 soldados estadounidenses son desplegados en el Mar Caribe, cerca a Venezuela, a bordo de los barcos USS Gravely, USS Jason Dunham y USS Sampson, todos equipados con misiles guiados.
• 23 de agosto: miles de venezolanos simpatizantes del chavismo hicieron fila en plazas y cuarteles de Caracas para registrarse en la Milicia Nacional Bolivariana (MNB).
• 26 de agosto: Washington eleva la presión con el despliegue del USS Lake Erie, un crucero de misiles guiados, y del USS Newport News, un submarino de ataque.
• 26 de agosto: Venezuela anuncia su propio despliegue militar en el Caribe.
• 2 de septiembre: Estados Unidos mata a “11 terroristas” en un ataque contra una lancha en el Mar Caribe, cerca de las costas de Venezuela.
• 3 de septiembre: El secretario de Defensa de EE. UU., Pete Hegseth, arremete contra Maduro y le advierte que “debería estar preocupado”.
• 4 de septiembre: El secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, acusa a Maduro de ser “un narcotraficante, un terrorista”.
• 5 de septiembre: EE. UU. afirma que dos aviones militares de Venezuela sobrevolaron un buque de guerra estadounidense en una maniobra “altamente provocadora”. El presidente Donald Trump advirtió que su ejército derribará aviones venezolanos si lo consideran necesario.
ENTREVISTA
Para profundizar sobre el tema, platicamos con el analista político David Saucedo.
MWN: ¿Consideras que una intervención militar directa de Estados Unidos en Venezuela es probable?
–Es posible, pero improbable. En todo caso, habría que pensar en las posibilidades de una intervención. En cierta forma, estamos acostumbrados por parte de Estados Unidos a una invasión como tal, con tropas desembarcando y apoderándose de instituciones, derrocando a un líder, etc.
En América Latina, lo vimos en Panamá en 1989. Pero hay otros esquemas de intervención, como se vio en Chile en los años setenta, con Estados Unidos apoyando a opositores internos para derrocar a un líder e instalar un gobierno afín a sus intereses.
Yo creo que en Venezuela veremos acciones híbridas contra el régimen de Nicolás Maduro, con más ataques a lanchas rápidas, el hundimiento de navíos que presuntamente transportan sustancias ilícitas, posiblemente el derribo de aeronaves y quizás la captura de narcotraficantes o dirigentes de alto perfil.
MWN: ¿Estamos regresando a una nueva era de intervencionismo estadounidense en la región?
–Trump quiere enemigos a quienes confrontar, sobre todo viniendo de varios fracasos en el escenario internacional, como en Ucrania y Oriente Medio.
Venezuela le parece un objetivo a modo para las embestidas norteamericanas, por lo que una guerra de desgaste parece ser una buena opción para que Trump gane puntos a costa de Maduro.
MWN: Los países de la región han pedido cautela a ambas partes, sin criticar mucho a Estados Unidos y sin defender mucho a Venezuela. ¿Crees que han reaccionado de forma adecuada?
–Yo creo que deberían responder con más determinación ante un evidente intento intervencionista. No se puede justificar, bajo ningún argumento, una violación a la soberanía de un país, y hay otros países de la región que están en la mira de Trump y que podrían enfrentar situaciones similares a las de Venezuela, entre ellos Colombia y México.
Sin embargo, no se puede legitimar ninguna intervención militar bajo el pretexto de la lucha contra las drogas. Es una problemática que se tiene que combatir en conjunto.
MWN: ¿Qué mensaje manda Estados Unidos a otros países de la región y del mundo con su despliegue de fuerza militar en el Mar Caribe?
En realidad el mensaje lo mandó hace mucho tiempo. Trump ha sido muy transparente desde que era candidato para volver a convertirse en presidente de Estados Unidos.
Y más allá de que tiene incontinencia verbal, no ha mentido en cuanto a sus decisiones de poner los intereses de Estados Unidos por encima de todo, incluso lanzando amenazas sobre el uso de la fuerza para lograr sus objetivos.
Hay que reconocer que Trump no ha mentido, que ha sido transparente y honesto en cuanto a sus objetivos en materia de política exterior, como ha sido evidente en el tema de los aranceles y en muchos otros aspectos.
Para concluir, no creo que los norteamericanos se retiren del Mar Caribe sin lograr más trofeos. Eso sería ir en contra de su naturaleza.