Frente al Coliseíto Pedrín Zorrilla, mientras el Departamento del Trabajo y Recursos Humanos de Puerto Rico celebraba la Feria de Empleo para Adultos Mayores, un grupo alzó la voz para denunciar una realidad que se repite en miles de hogares en la isla: el encarecimiento de los alimentos, la falta de seguridad económica y la urgencia de medidas que protejan su calidad de vida.
María Quiñones, residente de San Juan, llegó con la esperanza de encontrar alternativas laborales. Sin embargo, su impresión fue de desilusión. “Esto más bien es una feria de orientación, de educación de las diferentes agencias. Para adultos mayores entiendo que esto no es lo más aceptable”, dijo a Sabrosia.PR
Quiñones describió lo difícil que resulta sostenerse únicamente con lo que recibe del Seguro Social o del retiro. “Lamentablemente, no podemos seguir sucediendo. Tenemos que buscar otros medios para poder empatar las cosas. Como adultos mayores todavía tenemos medios y experiencia para aportar, pero la economía está demasiado apretada”, puntualizó.
Comer saludable: un lujo cada vez más costoso
Elena Cruz Aponte, vegetariana, se quejó de que una alimentación de calidad se ha vuelto prohibitiva.
“Una buena salud consta de alimentos de buena calidad. Y esos alimentos de buena calidad son costosísimos. En mi caso, como vegetariana, gasto un dineral. Comer frutas, comida vegetariana, es carísimo. Si queremos tener una vejez saludable, necesitamos alimentarnos bien, y eso solo es posible con una buena pensión”, manifestó.
Su reclamo se enlaza con la discusión del Proyecto 45, que busca ajustar las pensiones a la inflación y garantizar que los jubilados puedan enfrentar el alza de precios.
“La alimentación es medicina”
Para Eulalia Centeno Ramos, integrante del Frente en Defensa de las Pensiones, el problema trasciende la mesa: “La alimentación es una medicina. Y si la medicina fundamental está subiendo de manera que nos va robando y bajando nuestros ingresos, entonces no nos da. Vamos a hacer compra con ciento y pico de dólares, y apenas alcanza para cinco o seis productos. Terminamos escogiendo lo más barato, que casi siempre es lo de baja calidad, lo que nos enferma. Y la enfermedad nos lleva a más medicamentos. Es una cadena que nos destruye como pensionados”.
Centeno también criticó la dependencia del país en productos importados. “Lo que recibimos es lo peor de lo peor, porque viaja tanto tiempo que no llega con calidad. A los comerciantes les suben la luz, el agua, el transporte, y todo eso lo paga el pueblo”, agregó.
Oscar Guzmán Cruz compartió su experiencia personal tras una operación que le costó alrededor de 5,000. dólares. “No tengo Medicare ni seguro social. Tuve que pagar la operación sin ayuda. Eso daña el presupuesto. Y cuando vemos que no hay justicia salarial para enfrentar el alza del costo de los alimentos, uno tiene que hacerle tripa al corazón y ajustar. Todo aumenta, pero no aumentan los salarios”, relató.
Los testimonios recogidos por Sabrosia.PR reflejan una preocupación compartida; el costo de vida se dispara mientras las pensiones y ayudas no se ajustan a la realidad.
En tanto, el Frente en Defensa de las Pensiones reiteró que es momento de medidas concretas que aseguren estabilidad para los adultos mayores, quienes piden no ser vistos como una carga, sino como ciudadanos con derecho a una vejez digna.
Nota relacionada:
“Los empleos se los deben ofrecer a nuestros hijos y nietos”