La Casa Blanca insistió este viernes que miles de empleados federales podrían ser despedidos al tiempo que un nuevo intento en el Senado no logró poner fin al cierre del gobierno federal.
Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, señaló en rueda de prensa que “si los demócratas hacen lo correcto, este cierre gubernamental puede terminar, pero si continúa, los despidos podrían ser una consecuencia desafortunada de esta posición”.
La funcionaria agregó que los demócratas “han obligado a la Casa Blanca a tomar este tipo de decisiones”, aunque destacó que “los republicanos en el Senado han estado hablando con demócratas moderados. Estas conversaciones han sido serias. Esperamos que sean positivas y vayan por el buen camino”.
El Senado estadounidense intentó este viernes una nueva votación sobre proyectos provisionales para extender el gasto público, pero el intento fracasó nuevamente.
La iniciativa republicana, que buscaba reabrir temporalmente el gobierno, no logró los 60 votos necesarios para superar el filibuster y avanzar en la legislación.
Los legisladores se preparan para salir de Washington durante el fin de semana, sin señales de progreso significativo para poner fin al enfrentamiento en el Congreso.
Los demócratas exigen que se extiendan los subsidios del Obamacare, mientras los republicanos buscan desgastarlos con votaciones diarias sobre la ley aprobada por la Cámara, que reabriría el gobierno temporalmente, manteniendo en gran medida los niveles actuales de gasto.
Aunque los republicanos controlan ambas cámaras, su limitada mayoría en el Senado da margen a los demócratas para presionar, especialmente en programas como Medicaid, utilizado por millones de personas mayores, discapacitadas y de bajos ingresos.
El cierre de gobierno, que se espera se prolongue hasta la próxima semana, reduce la actividad de la mayoría de los servicios federales, salvo aquellos considerados esenciales.
El presidente Donald Trump ya había amenazado con recortes, una medida fuera de la práctica habitual del Gobierno federal, que suele suspender temporalmente a los trabajadores durante un cierre y luego les paga los salarios pendientes al finalizarlo.