China ha intensificado su apuesta por la tecnología de Interfaces Cerebro-Computadora (BCI), lanzando un ambicioso plan para convertirse en el líder mundial de la industria de los chips cerebrales para el año 2030. Esta estrategia no solo busca adelantar a competidores occidentales como la estadounidense Neuralink de Elon Musk, sino también asegurar la soberanía tecnológica del país en el campo de la Inteligencia Artificial más avanzada.
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El proyecto se presenta como un esfuerzo coordinado entre el gobierno y el sector privado, con una clara hoja de ruta que apunta a un despliegue masivo y funcional de estos dispositivos en la próxima década.
El plan chino: Un adelanto a Neuralink
Mientras Neuralink avanza con cautela y una alta atención mediática, los desarrollos chinos están demostrando una rápida capacidad de implementación, combinando la eficiencia energética con la velocidad de procesamiento.
- Resultados Clínicos y de Juego: Ya se han reportado casos exitosos en el país. Por ejemplo, un joven chino de 19 años logró controlar videojuegos complejos, como Black Myth: Wukong, utilizando su actividad cerebral gracias a un chip desarrollado por la empresa StairMed. En las pruebas iniciales, este dispositivo logró una tasa de control de 4,1 bits por segundo, acercándose al rendimiento de los primeros pacientes de Neuralink, pero con menos horas de entrenamiento.
- Velocidad y Eficiencia Energética: China también ha desarrollado modelos de Inteligencia Artificial (IA) inspirados en el cerebro humano que, según reportes, son hasta cien veces más rápidos que los sistemas convencionales y funcionan con un consumo de energía significativamente menor, utilizando exclusivamente hardware local.
El gigante asiático ha trazado un calendario agresivo para dominar el mercado:
Fase | Fecha Estimada | Objetivo |
---|---|---|
Fase 1 (Intermedia) | 2027 | Lanzamiento de chips cerebrales de grado medio. |
Fase 2 (Consolidación) | 2030 | Establecimiento de productos BCI consolidados y posición de liderazgo mundial. |
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Más allá de Elon Musk
A diferencia de la narrativa centrada en Musk, el enfoque chino se centra en una aplicación dual: uso médico y tecnológico. Los implantes BCI chinos ya han demostrado capacidad para ayudar en la recuperación de lesiones cerebrales graves y mejorar la calidad de vida de personas con discapacidades.
No obstante, el rápido avance de la tecnología BCI en China también plantea interrogantes sobre la privacidad, la ética y la regulación de la fusión entre el cerebro humano y la máquina, un debate que el país parece dispuesto a enfrentar con tal de liderar esta nueva frontera tecnológica.