El pasado viernes, 10 de octubre, el mundo fue sorprendido con lo que al inicio parecía un “fake news”, el Comité Noruego del Nobel le otorgó el Premio Nobel de la Paz 2025 a la señora María Corina Machado, una de las líderes de la oposición venezolana. Al pasar las horas nos dimos cuenta de que no era un “fake news”.
Hace muchos años que sigo con detenimiento cada octubre este premio. Uno, qué con algunas excepciones, da esperanza al mundo. Los ganadores no son personas perfectas, pero desde distintas plataformas han luchado por hacer la paz y la justicia una realidad. Ha habido selecciones cuestionables; Henry Kissinger, un halcón de la guerra y el presidente Obama, mejor conocido como el presidente de los drones (al menos 7 guerras y popularizó el uso de drones para asesinar).
El Premio Nobel de la Paz es uno de los cinco Premios Nobel que fueron creados por el fabricante de armamentos, inventor de la dinamita e industrial sueco Alfred Nobel. Se otorga cada año desde 1901 «a la persona que haya trabajado más o mejor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos alzados y la celebración y promoción de acuerdos de paz».
¿Es merecedora la Sra. Machado de ese honor? Ella es reconocida por apoyar los golpes de estado contra el presidente electo Hugo Chávez y Nicolás Maduro. Además, apoyó el uso de la violencia de las guarimbas (grupos que crean barricadas o cortes de carreteras) en el pasado proceso electoral que causaron al menos 24 muertos. Pide la invasión militar de su país por una fuerza extranjera. Apoya el genocidio del estado terrorista de Israel. Para colmo le dedica el premio al presidente Trump, quien ha amenazado con atacar e invadir Venezuela, destruye lanchas en el Mar Caribe violentando los derechos humanos y, quien debemos recordar, cambió el nombre del Departamento de Defensa al Departamento de Guerra.
El reverendo Martin Luther King, Jr. afirma que “La paz no es algo que simplemente deseas; es algo que haces, algo que eres y algo que regalas”. Para King la paz no era un discurso, un escrito, no es una promesa política o una conferencia de prensa. La paz para él es algo que construyes día a día. Algo por lo cual te esfuerzas en hacer realidad con cada acción, cada palabra, cada gesto. Nada de lo que ha hecho la señora Machado la hace merecedora del premio, ella simboliza todo lo contrario a la paz.
Esta selección levanta serias preocupaciones para la paz. Por una parte, apoya y aprueba de manera directa un posible ataque e invasión al pueblo de Venezuela por parte del gobierno neofascista de Trump. Lo que pondrá a la región del Caribe y Sur América en una alerta de guerra. Por otra parte, el Comité del Nobel ha redefinido el significado de la paz. Con esta selección, y la de Kissinger en 1973 y la de Obama en 2009, se justifica el uso indiscriminado de la violencia imperialista para establecer la paz.
La decisión del Comité del Nóbel de otorgar un premio por la paz a una persona que ha violentado los procesos democráticos y apoya el uso de la violencia para resolver las diferencias en los pueblos y entre los pueblos pone en riesgo a miles de luchadores por la paz y la justicia en todo el mundo. En el 2024 324 luchadores y luchadoras de derechos humanos en el mundo, 80% de estos en Latinoamérica, fueron asesinados. Además, pone en peligro procesos democráticos al justificar, con este premio, golpes de estados, invasiones militares e intervenciones violentas en procesos electorales.
El reverendo King, Jr. nos recuerda que “No basta con decir: «No debemos hacer la guerra». Es necesario amar la paz y sacrificarse por ella”. Amar la paz sólo es posible en relaciones de justicia, igualdad, equidad, inclusión y solidaridad a todos los niveles de la sociedad, desde las de parejas hasta las relaciones internacionales. Amar la paz significa estar dispuestos a abandonar, nuestros intereses y privilegios para construirla. Debemos afirmar como lo hizo el Mahatma Gandhi “No hay camino para la paz. La paz es el camino.” No existe otra ruta.