Prometen gobernar con transparencia, pero siguen viviendo de la traMparencia. Prometen mejorar nuestra calidad de vida, mientras legislan para quitarnos tratamientos médicos y acceso a educación de calidad; nos quieren empujar solo una visión religiosa dentro de la pluralidad y diversidad en que vivimos; le quitan dinero a la gente pobre para darle a la ya enriquecida, promoviendo un empobrecimiento violento, y legislan para agilizar la destrucción de nuestros ecosistemas.
Es como si la frase adaptada de la novela “El Principito”, de que lo esencial es invisible a los ojos del gobierno, fuera una realidad. ¿O lo quieren hacer invisible al pueblo? Invisibilizar la información pública, al dificultar el acceso a la misma, es mantener al país en ignorancia de lo que pasa y quitarnos nuestro poder de fiscalizar, cuestionar, juzgar y exigir a los funcionarios públicos, que deberían responder a los intereses del pueblo y no de unos pocos, que cumplan con el deber para el que fueron electos o nombrados.
Invisibilizar la información pública o limitar nuestro derecho a acceder a la misma lleva a que la mayoría de la gente no pueda entender la diferencia entre la zona marítimo-terrestre, los bienes de dominio público marítimo-terrestre y las propiedades privadas que quedan cerca del mar. La agrimensora y planificadora, Ruth L. Trujillo Rodríguez, explica muy bien estas diferencias en su columna del 8 de octubre. Pero la mayoría de las personas no tienen acceso a esta información y siguen sin entender. Con las propuestas legislativas del PS63 para limitar y entorpecer el acceso a la información, hasta las personas que dominan estos temas se verán afectadas al no poder informarse adecuadamente. Información defectuosa o incompleta lleva a decisiones pobres, negligentes o deficientes. Y de eso ya tenemos suficiente en el país.
Por eso, el pasado sábado, 11 de octubre, en la marcha ecuménica “Hagamos caminar la Justicia”, se nombraron algunas de las especies endémicas amenazadas por el proyecto Esencia. Guabairo, tortugas marinas, especies de vegetación esenciales a estos ecosistemas costeros en el suroeste fueron nombradas y reconocidas por la comunidad que exige transparencia y justicia al gobierno. Asimismo, la Iglesia, en su diversidad y unidad, marchó y oró por esta comunidad en justa lucha por su calidad de vida, por las especies nombradas y las que no, por lo verdaderamente esencial para el país.
El proyecto Esencia no es esencial ni sus casas millonarias. Proyecto de residencias millonarias, con altamente cuestionables exenciones contributivas para proyectos turísticos. Por eso afirmamos que lo esencial es tener viviendas dignas y accesibles para un país envejecido y empobrecido.
Esencia y sus millones no son esenciales. Esencial es sacar a la gente del ciclo de pobreza violenta que enfrentamos. Esencial es luchar contra la gentrificación y feminización de la pobreza. Esencial es desarrollar una economía circular y solidaria en nuestro país.
No es esencial saber quién “filtró” la DIA y el informe de DRNA. Esencial es saber que todavía hay gente en el gobierno sin corromperse. Esencial es que la información PÚBLICA sea accesible y divulgada.
Esencia y los amigos en el bolsillo o no son esenciales. Esencial es la gente honesta que señala y destapa la corrupción.
El proyecto de desgarrollo Esencia, sus mentiras, chantajes e intimidaciones no son esenciales. Esencial es que la gente de Cabo Rojo y todo Puerto Rico podamos vivir en paz, armonía, con la verdad de frente y plena dignidad.
