En la batalla por conquistar el bolsillo (y el corazón) de los usuarios, los gigantes tecnológicos apuestan fuerte por la inteligencia artificial móvil. Pero hay un pequeño problema: a los usuarios no parece importarles mucho.
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Según una encuesta reciente de PhoneArena, más del 70% de los encuestados dijeron que la IA no influye en su decisión de compra de un nuevo smartphone. ¿Están las marcas hablando un idioma que sus usuarios aún no entienden?
IA móvil: ¿genialidad o puro humo?
Samsung lanza su Galaxy AI. Google mete a Gemini en sus Pixel. Apple presenta con bombo y platillo Apple Intelligence, aunque todavía se siente más promesa que realidad. Todas ofrecen funciones asistidas por IA que van desde resúmenes automáticos, edición de fotos con un clic, hasta traducción simultánea.
Pero en la práctica, muchos usuarios ni siquiera activan esas herramientas.
¿Por qué? Porque cuando toca cambiar de móvil, la mayoría se sigue fijando en la batería, la cámara, la fluidez del sistema… y si va a seguir recibiendo actualizaciones en unos años. La IA, por ahora, es un extra simpático, no un factor decisivo.
¿Mucho marketing para tan poco uso?
El contraste es curioso. Las marcas destinan millones de dólares a integrar IA en sus móviles, pero el impacto real en la experiencia diaria es limitado. A esto se suma otro punto polémico: las mejores funciones de IA suelen estar detrás de una suscripción.
Es decir, si quieres acceder al verdadero “poder” de la IA, hay que sacar la tarjeta de crédito.
Esto plantea una pregunta incómoda: ¿la inteligencia artificial de calidad quedará reservada solo para quienes puedan pagarla?
¿Qué tiene que pasar para que la IA importe de verdad?
Para que la IA se vuelva un argumento de venta fuerte, necesita cumplir algunas condiciones:
- Ser más intuitiva y universal, sin importar el sistema operativo.
- Ofrecer respuestas útiles sin complicaciones.
- No exigir pagos extra por lo básico.
Los asistentes actuales como Siri, Google Assistant o Gemini aún están lejos de eso. Muchos usuarios ni siquiera saben qué puede hacer la IA de su teléfono, y si lo saben, no confían en que lo haga bien o mejor que una búsqueda rápida en Google.
Mientras tanto, Apple sigue ganando… sin mucha IA
Lo más irónico es que Apple —cuyo enfoque de IA ha sido más tímido— sigue liderando en ventas y alcanzó una valoración de 4 billones de dólares sin depender tanto de esta tecnología. Su nuevo iPhone 17 ha recibido buenas críticas, y no precisamente por sus funciones de inteligencia artificial.
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Todo esto sugiere que, por ahora, la IA es una cereza en el pastel tecnológico, no el ingrediente principal.
